Actualizado 25/06/2009 20:10

ESCENARIOS-¿Hacia dónde va Argentina tras elecciones?

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - La presidenta argentina, Cristina Fernández, probablemente pierda la mayoría parlamentaria tras las elecciones de medio término del domingo, lo que afectaría su poder de decisión sobre la política económica y limitaría su control del gobernante partido peronista.

Su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, es el primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país y clave dentro del poder peronista, y mantiene una leve ventaja en los sondeos sobre una rama disidente del partido que encabeza un empresario.

Los siguientes son los posibles escenarios para el país según los diferentes resultados electorales esperados:

INCERTIDUMBRE CON CUALQUIER RESULTADO

Los Kirchner vienen aplicando desde el 2003 políticas erráticas, a veces ortodoxas y otras heterodoxas, y su accionar continuará siendo impredecible ya sea que ganen o pierdan las elecciones.

Uno de los interrogantes reside en si el Gobierno buscará acercarse a los mercados voluntarios de deuda en busca de fondos frescos para cancelar los más de 20.000 millones de dólares que vencen hasta el 2010.

Pero para regresar a los mercados, el Gobierno debería restaurar la credibilidad en los cuestionados indicadores económicos, que los analistas aseguran subestima la inflación, el desempleo y la pobreza y sobreestima el crecimiento.

Un 40 por ciento de la deuda pública se ajusta por el índice oficial de inflación.

Para demostrar su buena predisposición hacia los mercados, el Gobierno también debería resolver su conflictiva relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y acordar la clásica revisión anual de la economía del país.

Pero no está claro si existe la voluntad política de resolver las dudas sobre las estadísticas públicas o de acercarse al FMI.

KIRCHNER GANA

El Gobierno se aferrará a su política económica de incrementar la intervención estatal en la economía.

La victoria de Kirchner, sin importar el margen, será considerada un apoyo de la población a las políticas oficiales, aplicadas desde el 2003, independientemente de los resultados en otros distritos, por tratarse del ex presidente y quien mayor cantidad de votos habrá sacado en todo el país.

Los Kirchner impusieron controles de precios y límites a las exportaciones de productos agropecuarios en los últimos años para controlar la inflación, y también estatizaron algunas empresas de servicios públicos.

Pero la estatización el año pasado del sistema privado de pensiones y de la deficitaria línea aérea de bandera, Aerolíneas Argentinas, hicieron sonar las alarmas entre los inversores y los líderes empresarios.

Una extensa disputa con el sector agropecuario por un alza de impuestos a las exportaciones, que finalmente no se aplicó luego de masivas protestas, podría resurgir ante la caída de los precios de las materias primas y una dura sequía que redujo las cosechas de los principales cultivos.

KIRCHNER PIERDE

Como el nuevo Congreso asumirá recién en diciembre, el Gobierno podría ignorar los reclamos de cambio de los votantes y usar los meses hasta la renovación legislativa para avanzar con su agenda.

Fernández podría apelar a partir de diciembre al uso de decretos para avanzar con sus medidas, o presionar a empresas o sectores a través de las agencias reguladoras para que acepten las acciones del Gobierno.

Si el poder de los Kirchner se ve severamente debilitado por el resultado electoral, podría crecer la presión dentro del partido peronista para realizar cambios en la política económica, particularmente hacia el sector rural.

Muchos legisladores peronistas provienen de áreas rurales y reclamaron el año pasado una menor intervención estatal en el sector y una baja de los impuestos a las exportaciones.

La tensión con la comunidad empresaria podría crecer si la presidenta busca dar muestras de poder mediante una política agresiva hacia las grandes compañías.

En sentido opuesto, una derrota electoral también podría llevar a Fernández a un cambio de gabinete para relanzar su Gobierno y buscar amplios consensos con sectores políticos y económicos sobre temas centrales de la política económica del país, en momentos en que la economía se desacelera.