Actualizado 15/09/2016 16:40

Escepticismo y desconfianza, protagonistas indeseados de las democracias iberoamericanas

Protesta en Argentina
REUTERS

   SANTIAGO DE CHILE, 15 Sep. (Notimérica) -

   Han pasado más de 40 años desde que la democracia se instaurara en la mayor parte de Iberoamérica, aunque esta supone amenazas y desafíos debido a la corrupción presente en diferentes estados de la región y que se ha incrementado en los últimos dos años.

   La crisis económica, los escándalos relacionados con el blanqueo de capitales y el aumento de las tarifas de los servicios públicos son las principales causas de las protestas y manifestaciones que se producen por parte de la población en zonas donde la democracia estaba plenamente consolidada.

   En este marco, este jueves la región conmemora el 'Día Internacional de la Democracia', instaurado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"La democracia es tanto un proceso como una meta, y no solo con la plena participación y el apoyo de la comunidad internacional, los órganos nacionales de Gobierno, la sociedad civil y los individuos puede el ideal de democracia tomarse en realidad para ser disfrutado por todos, en todos lados", según la definición de la ONU.

   A pesar que América Latina ha creado un entramado institucional que sirve para controlar la corrupción, este no ha sido suficiente. Aunque el panorama de los estados de América del Sur y Centroamérica sea diferente, ya que no persisten los golpes y dictaduras militares, la democracia en la región presenta nuevos retos.

   En este último periodo político, que comprende desde 2009 hasta 2016, nunca antes en la historia latinoamericana se había experimentado una agenda electoral tan intensa en un espacio de tiempo tan corto. En total, al fin de 2016, se habrán llevarán a cabo 34 comicios presidenciales, de los cuales ya se celebraron alrededor de 30, tal y como recoge 'Telesur'.

   Aunque se han realizado elecciones transparentes, la democracia en Iberoamérica "no da el salto a grados superiores y parece consolidarse de manera imperfecta", según denunció el informe Latinobarómetro, publicado a principios de septiembre.

   Iberoamérica se enfrenta a grandes transformaciones. El nuevo comportamiento de los ciudadanos, en quienes aún permanecen a su vez valores tradicionales, provoca la creación de tensiones en el campo de los principios, de desarrollo y de crecimiento, lo que se manifiesta como crisis económicas y sociales.

   En este sentido, hay cambios significativos en la forma y el contenido de espacios públicos, así como en el modo en el que las personas lo perciben. "Las demandas ciudadanas son claramente de inclusión de igualdad de trato, de acceso y desmantelamiento de desigualdades, bienes políticos que les falta a la democracia para salir del estancamiento en el que se encuentran", concretó el estudio.

   Según el Latinobarómetro, que analiza 20.000 encuestas realizadas en los principales 18 países latinoamericanos, explica cómo la democracia ha vuelto a caer en este año, ya que el respaldo por parte de los ciudadanos ha bajado de un 56 por ciento a un 54 por ciento, y lo que es más preocupante, el 20 por ciento han contestado que si hay un régimen democrático o no les es "indiferente".

   La región es muy heterogénea, por lo que resulta difícil establecer cuáles son los problemas globales, pero de promedio, se aprecia que la corrupción está en la mayoría de las instituciones, gobiernos y partidos. Como consecuencia a este problema, seis países han experimentado una caída muy acentuada de apoyo a la democracia hay seis en los que la caída de apoyo a la democracia; es el caso de Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela, Nicaragua y El Salvador.

   Según el profesor, sociólogo y analista político Atilio Borón, en el artículo 'Los medios y la batalla por la democracia en América Latina', expuso que "la reacción ante el nuevo clima político instalado en la región se tradujo en el golpe de estado en Venezuela, en abril de 2002, derrotado por la respuesta de la población que evitó el magnicidio y restituyó a Chávez en el poder. Después de eso, el paro petrolero que tanto daño hiciera a la economía venezolana".

   En concreto, en Venezuela con la llamada "guerra económica" y en Bolivia con el reciente paro minero se ha puesto en evidencia la crisis institucional que se viven en ambas naciones. Aún así, Borón ha recalcado que estos planes sufren injerencias por parte de otros Estados, lo que puede afectar a la consolidación y estabilidad de la gobernabilidad.

   También, la reciente destitución contra la ya expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, es para los analistas políticos Santiago García Y Francisco Sierra "ilegítima", que ha dejado a Michel Temer, quien está aplicando "un programa conservador y medidas económicas que podrían agotar a la población", como nuevo presidente.

   Entretanto, en países como Honduras, Panamá, Guatemala, República Dominicana, Chile, México, Colombia, Perú, El Salvador y Uruguay, el principal problema es la inseguridad. En Brasil, la primera preocupación es la salud, para los bolivianos la corrupción y para los argentinos el estado general de la economía.

   La región todavía tiene retos y desafíos a los que hacer frente para combatir eficazmente la corrupción, que en general es la primera preocupación y para ello se necesitan tres componentes: un aparato institucional fuerte, un cuerpo legal sólido y una clara y decidida voluntad política para luchar contra ese flagelo.

   El pasado no parece repetirse, pero el futuro no tiende a imitar a otras democracias más consolidadas, por lo que "se evidencian tiempos nuevos que desafían a las instituciones nacionales y multilaterales, así como a los sujetos sociales, centros académicos y de pensamiento". Por ello, es necesario profundizar en el análisis de la violencia, corrupción y desigualdad como fenómenos potentes que retienen la democracia en Iberoamérica.