Actualizado 03/07/2009 22:27

Estímulo en EEUU, un pequeño parche para un gran hueco

Por Emily Kaiser

WASHINGTON (Reuters/EP) - El paquete de estímulo económico de Estados Unidos por 787.000 millones de dólares podría no lograr estar a la altura de las expectativas del público, algo que podría llevar al presidente Barack Obama hacia un abismo político una vez que se acabe el dinero.

Con sólo poco menos del 7 por ciento del estímulo implementado hasta ahora, es un poco temprano para intentar medir su efectividad. Sin embargo, la Casa Blanca ya ha tenido que enfrentar cuestionamientos sobre si otro paquete de gastos sería necesario.

Uno de los principales asesores de Obama dijo el domingo que el actual plan de estímulos es "adecuado para la tarea".

El problema es que aunque la suma de 787.000 millones de dólares sea amplia, se queda corta en comparación con los 12 billones de dólares en riqueza relacionada con los bienes raíces que se ha disipado desde que la recesión comenzó a fines del 2007.

Por esta razón es que los consumidores han decidido ahorrar buena parte del dinero que han recibido por parte del Gobierno. Ahora que el flujo del dinero del Gobierno a las familias está disminuyendo, la preocupación radica en que no habrá suficiente gasto para impulsar una economía dirigida por el consumo.

"Uno no quiere crear falsas expectativas y me temo que ellos las crearon", dijo Dean Baker, codirector del Centro de Investigación Económica en Washington.

Baker dijo que no era razonable esperar que el paquete de estímulo llenara el vacío en la riqueza de las familias o restableciera el crecimiento económico a los niveles previos a la crisis. Lo máximo que puede esperar la Casa Blanca es amortiguar el golpe de la recesión, y en ese sentido el estímulo parece estar funcionando.

La renta personal disponible aumentó con fuerza en mayo debido en su gran mayoría al dinero del estímulo. Pero la tasa de ahorro saltó a un 6,9 por ciento del ingreso y logró un monto récord de 768.800 millones de dólares.

Esta alza es entendible considerando que las familias tienen que lidiar con fuertes pérdidas en los fondos de pensiones y en los valores de las casas, pero socava uno de los argumentos de Obama para apoyar el estímulo.

Christina Romer, una de las principales asesoras económicas de Obama, y Jared Bernstein, principal economista del vicepresidente Joe Biden, sostuvieron en enero que el paquete de estímulo levantaría el Producto Interno Bruto en cerca de 433.000 millones de dólares, o un 3,7 por ciento de este para fines del 2010.

FRAGIL RECUPERACION

La Casa Blanca ha dicho desde un comienzo que el paquete de estímulo fue diseñado como una mezcla de ayuda pronta e inversión a largo plazo, y reconoció que los problemas económicos fueron una construcción de años y no podrían ser arreglados de la noche a la mañana.

Existen ciertos indicios de una recuperación en varios segmentos de la economía, incluyendo los mercados financieros. Desde su puesta en marcha el 17 de febrero, el índice de acciones Standard & Poor's 500 para grandes compañías ha subido un 14 por ciento.

"Si la medida de efectividad es el desempeño del mercado de acciones durante un período de dos meses o si es la recuperación del mercado de crédito desde sus niveles catastróficos de diferenciales, si ese es su ideal, entonces ha sido exitoso", dijo David Rosenberg, economista de Gluskin Sheff en Toronto.

Para Obama, quien libró una fuerte pelea para lograr la aprobación del estímulo, una recuperación frágil sería problemática. Sus detractores podrían usar esta como la evidencia de una política fallida.

Para sus colegas demócratas esto podría lastimar las campañas de reelección, una consideración importante si se tiene en cuenta las elecciones parlamentarias del 2010.

El consenso entre los economistas es que la recesión culminará este año. Aunque eso debería jugar en favor de Obama, sería difícil que clame victoria debido a que el desempleo probablemente continuaría en ascenso hasta el 2010, algo que no agradaría a los votantes.

Obama sostuvo con frecuencia que el objetivo del estímulo era crear o salvar entre tres a cuatro millones de empleos.

Eso hace difícil cuantificar la efectividad de la medida ya que no existe forma de cuantificar un empleo "salvado", pero el desempleo se encuentra en un 9,4 por ciento, su nivel máximo en 26 años y en ascenso, algo que claramente no es lo que su equipo económico esperaba.