Actualizado 15/07/2009 18:13

Estudio danés observa relación entre terapia hormonal y cáncer

Por Andrew Stern

CHICAGO (Reuters/EP) - Un estudio reveló que mujeres menopáusicas que recibían terapia de reemplazo hormonal (TRH) aumentaron un 38 por ciento su riesgo de desarrollar cáncer de ovario.

Expertos daneses analizaron a más de 900.000 mujeres de Dinamarca de entre 50 y 79 años y hallaron alrededor de un cáncer de ovario adicional por cada 8.300 mujeres que recibían TRH cada año.

Al momento de enfermar, el 9 por ciento de las mujeres estaba en tratamiento, el 22 por ciento eran usuarias previas de hormonas y el 63 por ciento no consumía TRH.

Los investigadores calcularon que el uso hormonal actual confería un 38 por ciento más de riesgo de contraer la enfermedad, comparado con las no usuarias, en los ocho años de estudio.

La terapia hormonal se relacionó con 140 casos extra de cáncer de ovario en Dinamarca durante el estudio de ocho años de duración, lo que representa el 5 por ciento de todos los casos registrados en ese período, indicaron los autores en Journal of the American Medical Association.

"Aún cuando esta proporción parece baja, el cáncer de ovario sigue siendo altamente fatal, por lo tanto, es esencial evaluar estas garantías de riesgo al decidir si usar o no (terapia hormonal)", escribió el equipo de Lina Steinrud Morch, de la Universidad de Copenhague.

Los resultados fueron similares a los obtenidos en el famoso estudio del 2002 llamado Women's Health Initiative, que se detuvo tempranamente porque reveló un aumento del riesgo del cáncer de ovario y de mama, de accidente cerebrovascular y otros problemas de salud por la TRH.

El uso de esta terapia se desplomó luego de esa investigación y las ventas del líder del mercado estadounidense Prempro, de Wyeth, cayeron un 50 por ciento desde el 2001. Prempro es una terapia combinada de estrógeno y progestina.

Según el nuevo estudio, los riesgos de cáncer de ovario fueron casi los mismos más allá de la duración de la terapia, la formulación de la hormonas, la dosis de estrógeno o cómo se administraba.

Como en trabajos previos, se halló que el peligro de desarrollar cáncer disminuía alrededor de dos años después de discontinuar la terapia.

El cáncer de ovario es difícil de detectar antes de su expansión y, por lo tanto, suele ser fatal. Aproximadamente 18 de cada 100.000 mujeres estadounidenses son diagnosticadas con la enfermedad cada año.

Se desconoce qué es lo que hace aparecer células cancerosas en los ovarios en primer lugar, pero se cree que el estrógeno impulsaría el crecimiento tumoral y sería un disparador de la condición.