MADRID (Reuters/EP) - El grupo separatista ETA decidió en su última asamblea continuar con su lucha armada hasta lograr la independencia del País Vasco porque lo considera un objetivo irrenunciable, según un reporte el miércoles de Televisión Española (TVE).
"En el momento que el nivel de compromisos con la iniciativa de la nación haya alcanzado sus objetivos, ETA dejará las armas", según las conclusiones de la asamblea del grupo armado a las cuales tuvo acceso TVE.
En el documento con su nueva estrategia, ETA se plantea decretar treguas de seis meses sólo en el País Vasco para impulsar una nueva "Alianza Popular Nacional" que lleve a Euskadi a la independencia.
"Se ajustará la lucha armada al nivel de lucha que el pueblo requiere. Ofrecer parones de seis meses para ver resultados", agregó TVE citando a la banda.
ETA pretende crear un marco con un parlamento soberano, cajas de ahorros, universidades y lo que denomina "ejército soberano de defensa nacional", destacó el reporte.
El ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo desconocer el documento revelado por Televisión Española, pero afirmó que las fuerzas de seguridad no se iban a tomar una tregua.
"Los que no vamos a estar de tregua somos nosotros, eso quede claro. La decisión que ETA tiene que tomar es si deja las armas o no las deja, o si acaba dejándolas porque el Estado le obliga", declaró Rubalcaba.
"Esa es la única decisión que hay que tomar, no va a haber ningún otro proceso de diálogo con ETA", matizó.
El debate en el seno de ETA sobre si debería dejar la violencia, cada vez más rechazada, se ha llevado a cabo en los últimos tres años en medio de operaciones policiales en Francia y España que han descabezado a la banda en varias ocasiones.
En el último año han sido arrestado cuatro líderes del grupo armado, siendo el último el jefe militar Jurdan Martitegi en abril, lo que ha limitado la acción de ETA que en otros tiempos era conocida como una banda activa y temible.
Esta información se produce menos de una semana después del asesinato en Vizcaya del inspector Eduardo Puelles mediante la colocación de una bomba lapa en su coche, en un atentado atribuido a ETA.