Actualizado 04/07/2009 08:46

Fracasan gestiones OEA en crisis de Honduras tras golpe

Por Anahí Rama y Enrique Andrés Pretel

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - La crisis política en Honduras quedó en un callejón sin salida el viernes, después de que fracasaran las gestiones del jefe de la OEA para restituir al derrocado presidente Manuel Zelaya, quien ha anunciado su retorno al país para el domingo.

A pesar de las órdenes de arresto en su contra, Zelaya quiere regresar a Honduras, de donde fue expulsado el 28 de junio por militares a punta de rifle y llevado a Costa Rica.

"Nosotros queremos que esta situación sea revertida (...), Lamento decir que de mi gestión no se desprende que exista disposición para hacer esto", dijo Insulza a periodistas luego de reunirse con diplomáticos, líderes políticos, organizaciones sociales y miembros de la Corte Suprema de Justicia.

El Gobierno interino que encabeza el ex presidente del Congreso, Roberto Micheletti, insiste en que no hubo golpe de Estado y que todos los poderes están funcionando.

Pero Insulza dijo que no se puede llamar de otra forma a la salida por la fuerza de un presidente, lo que implica que Honduras violó la carta democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) y podría ser suspendida el sábado del organismo, como ocurrió con Cuba en 1962.

"Ha vuelto a ocurrir algo que creíamos que era del pasado y que no volvería a ocurrir más", dijo refiriéndose al sinnúmero de asonadas militares que sufrió América Latina en las décadas de 1960 y hasta entrada la década de 1980, la mayoría auspiciados por Estados Unidos.

Eso fue durante la Guerra Fría. Ahora, Estados Unidos, así como la Unión Europea y América Latina, han condenado el golpe, mientras que organismos como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) suspendieron vitales préstamos para el empobrecido país centroamericano.

AISLAMIENTO NO IMPORTA

En una inmediata reacción a la visita de Insulza, la vicecanciller interina, Martha Alvarado, dijo que al Gobierno de Micheletti no le importa quedar aislado si eso significa "haber dado un alto a la embestida de (el presidente venezolano Hugo) Chávez".

En el último año, el discurso del liberal Zelaya había virado a la izquierda e irritado a muchos, entre ellos a grandes empresarios, políticos y a buena parte de la población en un país visto como el más conservador de Centroamérica.

Alvarado admitió que el país ya está fuera de la OEA y que eso lo deja aislado internacionalmente, algo muy grave en una nación donde más del 70 por ciento de sus casi 8 millones de habitantes vive en la pobreza.

Los presidentes de Argentina, Cristina Fernández, y de Ecuador, Rafael Correa, dijeron el viernes que acompañarán a Zelaya en su retorno, pero no está claro que esto ocurra dado el fracaso de la visita de Insulza al país.

Antes, Zelaya, Correa y Fernández viajarán a Washington para participar de una asamblea extraordinaria de la OEA que tratará la crisis, que estalló a raíz de la insistencia del mandatario en realizar una consulta que abriera el camino a la reelección presidencial.

La consulta, que iba a realizarse el día que fue derrocado el mandatario, había sido prohibida por un juez y rechazada por los partidos políticos, incluido el Partido Liberal de Zelaya.

Pero, aún cerrado a cualquier posibilidad de regresar el poder a Zelaya, el Gobierno de Micheletti se ha mostrado dispuesto a adelantar las elecciones previstas para noviembre como salida a la crisis que ha dividido al pueblo hondureño.

Más temprano, en una manifestación en contra de Zelaya frente a casa de Gobierno, Micheletti prometió que los comicios se realizarán "en cuanto nomás se decida", reafirmando su oferta del jueves de anticipar los comicios.

Elvin Santos, el candidato del gobernante Partido Liberal, dijo estar abierto a esta posibilidad.

"No tendríamos ningún problema si fuese parte de un acuerdo político que permitiese de alguna manera salir de la crisis", señaló a periodistas.

Chávez añadió presión el jueves cortando el suministro de crudo que Venezuela vendía a Honduras en condiciones financieras preferenciales, a lo que Micheletti respondió asegurando que el país se apoyará en otros proveedores.

Las manifestaciones a favor y en contra de Zelaya mostraron la polarización de un país y la influencia del mandatario socialista venezolano en el conflicto político hondureño.

"Aquí estamos para luchar contra el comunismo. La democracia nos ha costado mucho y no se la vamos a entregar a Chávez ni a Fidel Castro", dio Mercedes López, un ama de casa de 58 años en la protesta donde habló Micheletti.

A pocas cuadras de allí, indignados partidarios de Zelaya que ven el derrocamiento como un complot de grandes empresarios y políticos, marcharon pidiendo la restitución del mandatario.

"La OEA debe obligar a los golpistas a instalar a Mel (Manuel Zelaya) nuevamente en la presidencia", dijo Mario Valladares, un estudiante universitario de 22 años que participó en la marcha con el rostro cubierto por un pañuelo.