Actualizado 10/06/2009 22:29

FUTBOL-Delito, problema central de Sudáfrica en Mundial

Por Agnieszka Flak

JOHANNESBURGO (Reuters/EP) - Los temibles registros que tiene Sudáfrica por robos, asesinatos y violaciones pueden ser el mayor desafío que enfrentan los organizadores del Mundial de fútbol que se realizará en este país en el 2010.

Con una de las tasas más altas del mundo de crímenes violentos, Sudáfrica deberá proteger no sólo a los aficionados que lleguen a presenciar el evento, sino que, en primer lugar, convencerlos de que es seguro realizar este viaje.

Unas 50 personas mueren a diario en el país en hechos de violencia, cifra mayor a Estados Unidos, que tiene seis veces la población de Sudáfrica.

En el período 2007-2008 tuvieron lugar 36.190 violaciones y 14.201 robos de automóviles, según datos oficiales, pero la verdad es que muchos delitos no se denuncian.

Sin embargo, la organización ha desestimado cualquier temor, apuntando a que Sudáfrica posee un buen historial en la protección de los crecientes turistas extranjeros, por la organización de numerosos eventos internacionales y por su enorme esfuerzo para salvaguardar el evento.

La estrategia de la policía se basará en técnicas utilizadas durante la Cumbre de la Tierra, realizada en este país en el 2002.

Estas implican saturar con al menos 41.000 agentes policiales las zonas donde se realizará el evento, incluidos los hoteles, estadios y rutas de tránsito.

"Nos estamos preparando para el peor de los casos o cualquier eventualidad (...) debemos hacer frente a cuestiones como si se presentaran", dijo Vish Naidoo, superintendente de Policía que dirige el equipo encargado del Mundial 2010.

El Gobierno sudafricano está gastando 1.300 millones de rand (162 millones de dólares) en este esfuerzo, que consiste en la compra de helicópteros nuevos, equipos de vigilancia e incluso aviones teledirigidos.

También se modernizarán las existencias de vehículos y chalecos antibalas, entre otros implementos.

Naidoo dijo que alrededor de 700 oficiales patrullarán cada estadio, además de una gran cantidad de guardias de seguridad privados.

Las estadísticas de criminalidad, que mejoran lentamente, dejan interrogantes abiertos respecto a lo que pueda suceder fuera de los recintos deportivos si, por ejemplo, los visitantes se extraviaban lejos de las áreas protegidas.

Un consultor de seguridad que trabaja para la organización y que pidió no ser identificado, dijo que era poco probable que los delincuentes locales ingresaran a las áreas protegidas ya que buscarán puntos débiles fuera del cordón de seguridad.

Los organizadores advierten que los visitantes deberán estar atentos a pesar de los esfuerzos de la policía.

"Pedimos a las personas que busquen cualquier cosa (anómala). No vamos a vigilar a la gente en sus automóviles y en sus habitaciones, pero nuestros agentes policiales estarán presentes para ayudar", dijo Mkhondo Rico, portavoz del comité organizador local.

EMPRESAS DE SEGURIDAD

Muchos sudafricanos mantienen el escepticismo, quejándose de que la policía a menudo es demasiado lenta para responder a la actual ola delictiva.

En las grandes ciudades, donde abunda la delincuencia, la presencia de empresas privadas de seguridad es mucho más evidente que la de la policía. Las casas están rodeadas de enormes rejas electrificadas están fuertemente armadas.

"Estamos en las estrellas cuando decimos que estamos dispuestos (para organizar el Mundial). Tenemos suficientes policías, pero son demasiado indulgentes y sobornables", dice Nadira Abdul-Rahim, un estudiante de 20 años.

El delito es reconocido como uno de los problemas urgentes de Sudáfrica, por lo que el presidente Jacob Zuma ha prometido endurecer los sistemas policiales y judiciales.

Es evidente que se necesitará un esfuerzo extra en el 2010, si las autoridades desean que la reputación del país no se vea empañada irrevocablemente.

La presencia de los aficionados extranjeros podría ser vista como una oportunidad de oro para las bandas criminales.

"Cuando se es pobre, se ha perdido su trabajo y no se tiene dinero para alimentar a un hijo, no es de extrañar que uno se enoje al ver turistas en llamativos automóviles y que gastan una fortuna simplemente para celebrar con un equipo de fútbol", asegura Siyabonga Zimu, un taxista de Johannesburgo.

GASTO EN INFRAESTRUCTURA

Otros creen que el enorme gasto en infraestructura para la Copa del Mundo dará un buen impulso a la economía sudafricana, que sufre su primera recesión desde hace casi dos décadas, y permitirá abordar un poco el problema de la gran desigualdad entre ricos y pobres, el que aviva la delincuencia.

"Va a crear muchos puestos de trabajo, e incluso los jóvenes podrían salir de la delincuencia y hacer deportes", cree Sithembiso Malungisa, de 25 años, reservista voluntario de la policía de Ciudad del Cabo.

La organización del Mundial ha puesto en marcha campañas publicitarias en el exterior para atraer a los visitantes y atenuar el temor a la delincuencia.

Pero todo indica hasta ahora que los hinchas no están preocupados. A principios del 2009 hubo alrededor de 1,8 millones de solicitudes de las primeros 753.000 entradas puestas a la venta.

"La demanda de la final tiene un incremento del 3.000 por ciento. De los 64 partidos, 26 ya agotaron las localidades", dijo dijo Mkhondo.

Danny Jordaan, jefe ejecutivo del comité organizador, ha rechazado los miedos respecto a la delincuencia, señalando que su país ha celebrado, desde el fin del apartheid en 1994, más de 140 eventos, incluyendo un mundial de cricket y uno de rugby.

"No ha habido mucha mala prensa o actos terroristas que disuadan a los extranjeros a venir (...) y para los aficionados, la inestabilidad política no es una razón", sintetiza Kanishka Thakur, un hincha indio que vive en Estados Unidos y que tiene previsto viajar al Mundial el próximo año.