Por Patricia Vélez y Teresa Céspedes
LIMA (Reuters/EP) - El presidente de Perú, Alan García, prometió el martes ante el Congreso acelerar su agenda económica reforzando la inclusión social, como una estrategia para calmar los ánimos tras las recientes protestas que lo obligaron a renovar su gabinete ministerial.
A contrarreloj para cumplir con algunos de sus compromisos sociales, García inició el martes los últimos dos años de su segundo mandato con una baja popularidad del 27 por ciento, pese a que repuntó levemente tras haberse desplomado en mayo a un 21 por ciento en medio de violentas protestas de nativos.
"Quisiera plantear dos grandes objetivos para este año, defender el orden democrático y salvar al Perú de la crisis mundial fortaleciendo la inclusión social", dijo García en un tradicional discurso por el 188 aniversario de la independencia del país.
Perú ha registrado en los últimos años un fuerte crecimiento y sería el único país de América Latina que escaparía de la recesión en el 2009. Sin embargo, los sectores más pobres reclaman que no se han beneficiado de ese boom económico.
García pidió disculpas por "los errores cometidos en imprevisión". Prometió que "las demoras en ejecución se superarán" y planteó una "descentralización popular" para el 36 por ciento de la población que aún vive en la pobreza.
"La mejor manera de dialogar es gastar entregando al pueblo los recursos, esa es la mejor manera de poner coto a cualquier protesta o reclamo, haciendo que el pueblo mismo gaste a su favor", precisó durante su discurso de una hora y media.
RECHAZA AUTORITARISMO
García, que en junio afrontó las peores manifestaciones de su Gobierno en las que murieron 34 policías y nativos que se oponen a la explotación de los recursos naturales, defendió el desarrollo de las zonas ricas en gas y minerales y criticó a los "modelos estatistas" que se oponen a ello.
"Cuando alguien bloquea el avance minero del Perú, ¿Quién se beneficia evitando que el Perú sea un gran productor de cobre? ¿Quién se beneficia cuando se impide que la riqueza bajo la tierra del gas o el petróleo se usen para aumentar el potencial del Perú?", se preguntó.
"Nuestra democracia tiene como adversario el modelo estatista y autoritario, la democracia es éticamente superior (...) en cambio en el modelo autoritario o centralista se domina al Parlamento, se avasallan la prensa y la televisión, se reeligen los gobernantes, ese modelo lleva a la miseria y al desempleo", añadió.
El mandatario, uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en la región, rechazó además la intromisión de los "modelos extremistas del continente" que dijo buscan "empujar el desorden" en el país.
Aunque no nombró a ningún país en particular, García llegó a insinuar previamente en junio que gobiernos izquierdistas de la región como el de Venezuela y Bolivia incentivaron las violentas protestas en la región amazónica del norte de Perú.
Pero el mandatario venezolano, Hugo Chávez, y su par boliviano, Evo Morales, han negado en varias ocasiones cualquier injerencia política en Perú.
El Gobierno de García -un promotor del libre mercado- impulsa fuertemente un plan de inversiones en el sector energético y minero, del que Perú es un exportador clave a nivel mundial.
Además, la minería es uno de los motores de la economía peruana y representa el 60 por ciento de las exportaciones totales de la nación.
(Por Patricia Vélez y Teresa Céspedes. Editado por Silene Ramírez)