Actualizado 30/07/2009 21:24

Gobierno facto Honduras busca ganar tiempo en crisis

Por Mica Rosenberg y Gustavo Palencia

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - El Gobierno de facto de Honduras ganaba tiempo, en medio de la crisis desatada por el golpe de Estado, pidiendo nuevas conversaciones para salir del conflicto tras fallidos diálogos con el depuesto presidente Manuel Zelaya, pero seguía oponiéndose a devolverle el poder.

Roberto Micheletti, nombrado presidente por el Congreso luego de que Zelaya fue derrocado en un golpe de Estado el mes pasado, pidió que un enviado especial viaje a Honduras "para cooperar en el inicio de un diálogo en nuestro país".

Bajo la presión de Estados Unidos, Micheletti suavizó su tono y dijo que muchos hondureños podrían jugar un papel en la resolución de la crisis de la nación centroamericana, pero su mano derecha en el Gobierno volvió el jueves a dejar en claro que el regreso de Zelaya al poder no es negociable.

"La posición del Gobierno en ese aspecto es firme, inclaudicable. El arreglo, si alguno ha de haber, pasa porque el presidente Zelaya no puede ser reinstalado en la Presidencia de la República", dijo a Reuters el ministro interino de la presidencia, Rafael Pineda.

"El presidente Micheletti ha dicho que para evitar el derrame de sangre de Honduras, la confrontación profunda de hondureños, estaría en la posición de renunciar con la única condición que su renuncia no signifique el retorno de Zelaya a la presidencia", subrayó.

Micheletti sugirió el miércoles por la noche al presidente costarricense y mediador en la crisis, Oscar Arias, que envíe a Honduras al ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Enrique Iglesias para dar nuevo aire a las conversaciones que están casi paralizadas.

"Este diálogo debería incluir a todas las partes de la sociedad civil, nuestras iglesias, grupos profesionales, grupos de estudiantes, asociaciones de empresarios, medios, partidos políticos", dijo en un comunicado leído en televisión.

Washington ha pedido la restitución de la presidencia a Zelaya para que cumpla con los seis meses de mandato que le quedan, al igual que casi toda la comunidad internacional, y el martes revocó las visas diplomáticas de cuatro miembros del Gobierno de Micheletti.

Pero no sólo el Gobierno de facto ha rechazado la vuelta de Zelaya, la Corte Suprema y el Congreso -que apoyaron el golpe- también se oponen firmemente a su regreso a la presidencia.

Mientras tanto, Honduras sigue con su agenda de celebrar elecciones presidenciales en noviembre -como estaba previsto antes del golpe- pese a que su validez está en duda y a que organismos internacionales como la OEA han dicho que no reconocerán al ganador.

"Poco a poco las personas van a irse convenciendo que es preferible esperar estos seis meses, expresar su protesta por la vía de los votos", dijo Pineda a la televisión hondureña.

El Congreso de Honduras programaba el jueves un periodo de consultas con organizaciones y partidos políticos del país para analizar una amnistía a Zelaya, incluida en la propuesta del mediador Arias.

La amnistía busca el perdón al mandatario depuesto por su supuesta violación a la Constitución al intentar realizar una referendo para allanar el camino a la reelección, argumento que fue utilizado por sus opositores para orquestar el golpe.

ZELAYA VUELVE A MANAGUA

Zelaya la semana pasada se instaló en la frontera de Nicaragua con Honduras tras dar por fracasada la mediación de Arias. Incluso cruzó unos pocos metros simbólicamente dentro de su país -donde tiene órdenes de arresto- para volver a retroceder a Nicaragua.

En una entrevista con una televisora hondureña, Zelaya dijo que podría formar un gobierno en cualquier territorio de su país, dejando entrever que buscaría otro camino de ingreso.

Pero el jueves había abandonado la localidad fronteriza de Ocotal rumbo a la capital nicaragüense Managua, de acuerdo con su personal de seguridad.

Una fuente con estrechos lazos con el Gobierno de facto dijo que Micheletti podría estar dispuesto a considerar el regreso de Zelaya si se dan garantías de que el presidente derrocado no trata de hacer descarrilar la democracia.

"Como está planteada, la propuesta sería rechazada por todos los poderes que hay en el país", dijo la fuente. "Le está diciendo a Arias 'Ayúdeme a convencer a mi pueblo'", agregó.

Arias confirmó los contactos telefónicos con Micheletti y dijo que el mandatario de facto pidió la presencia de un representante de confianza.

Aliado del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, Zelaya se enfrentó con el tribunal y el Congreso al tratar de celebrar un referendo para cambiar la Constitución. Sus críticos dicen que buscaba extender su mandato, una acusación que él niega.