Actualizado 21/07/2009 00:21

Gobierno de Honduras desafía presión internacional

Por Esteban Israel

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - El Gobierno de facto de Honduras rechazó el lunes la creciente presión internacional para restaurar al presidente Manuel Zelaya, luego de que la Unión Europea suspendiera su ayuda financiera y en medio del temor a un derramamiento de sangre en el polarizado país.

La UE -que ya había retirado embajadores en Tegucigalpa- suspendió el envío de decenas de millones de euros en fondos a la empobrecida nación ante el naufragio el domingo de las conversaciones para instaurar a Zelaya al frente de un gobierno de unidad nacional, debido a la negativa del presidente interino Roberto Micheletti.

"Mi posición es indeclinable", dijo Micheletti en un acto público.

"Queremos demostrar al mundo entero que de repente no tenemos dinero, no tenemos petróleo, no tenemos dólares; pero tenemos una enorme voluntad para poder sostener esta situación", agregó.

Mientras hablaba el presidente de facto, simpatizantes de Zelaya protestaron contra el golpe que lo sacó del poder hace tres semanas delante del edificio del Congreso, custodiado por soldados y policías antimotines.

Los manifestantes prometieron subir la intensidad de las protestas de cara a una anunciada vuelta al país de Zelaya para el fin de semana, atizando el temor a que la peor crisis en América Central en 20 años termine en un baño de sangre.

"Aquí nadie se rinde, se está comenzando. Ahorita son protestas pacíficas, pero no se puede descartar que la cuestión llegue a males mayores", dijo Wilfredo Moncado, un líder sindicalista de 59 años que trabaja para una embotelladora.

Los partidarios del depuesto presidente planeaban paralizar el jueves y el viernes el país con una huelga general.

El Gobierno interino cuenta con el apoyo del Congreso, el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica y parte de la población.

La medida de la UE se sumó a la de Estados Unidos, que suspendió programas de ayuda militar por 16,5 millones de dólares y amenaza con cancelar otros 180 millones.

En los primeros días después del golpe, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo detuvieron créditos con un impacto estimado de 200 millones de dólares este año.

POSICION FIRME

La comunidad internacional liderada por Naciones Unidas exige el retorno de Zelaya al poder, pero el Gobierno interino asegura que eso no es negociable.

Micheletti ha advertido que, si el mandatario derrocado pisa suelo hondureño, será arrestado para ser juzgado por varios cargos, entre ellos por supuestamente haber violado la Constitución al intentar hacer un referendo que abriera paso a la reelección presidencial .

Zelaya dijo que regresaría el fin de semana a Honduras debido al fracaso de las conversaciones del sábado y el domingo auspiciadas por el presidente costarricense, Oscar Arias.

Arias pidió 72 horas para hallar otra una solución y evitar lo que consideró un posible un "derramamiento de sangre".

El rechazo a la propuesta formulada por el mandatario de Costa Rica, premio Nobel de la Paz, profundizó el aislamiento internacional de las autoridades provisorias, repudiadas desde Washington hasta Caracas.

En un intento de evitar brotes de violencia, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, decidió el lunes "hacer un llamado a ellos (por los simpatizantes de Zelaya) y a todos a que demos las 72 horas que el presidente Arias ha planteado antes de sacar ninguna conclusión sobre este asunto".

La policía hondureña advirtió que no toleraría que los manifestantes en Tegucigalpa se pasen de la raya y que actúen de "manera terrorista". Las autoridades interinas desplegaron soldados en distintos puntos del país ante el eventual regreso de Zelaya.

"Yo no creo que sea un buen camino el de la insurrección y el de la confrontación, pero creo que no lo vamos a evitar si no hay de parte del Gobierno de facto alguna flexibilidad", dijo Insulza a una radio chilena.

DESAFIO PARA EEUU

El agotamiento de la vía diplomática supone un desafío para el Gobierno del presidente estadounidense Barack Obama, que apostaba por las negociaciones para restituir a Zelaya.

En cambio, el presidente venezolano, Hugo Chávez, un cercano aliado de Zelaya, acusó a Washington de estar tras el golpe de Estado y calificó como "blandas" las medidas tomadas por la comunidad internacional contra el Gobierno interino.

Zelaya, un empresario maderero, intentó regresar a Honduras el 5 de julio a bordo de un avión venezolano que no fue autorizado a aterrizar.

La operación terminó en tragedia cuando un joven cayó abatido por los disparos de soldados que custodiaban el aeropuerto de Tegucigalpa.

Analistas creen que la meta de Micheletti es llegar hasta las elecciones de noviembre, cuando esperan que un nuevo Gobierno les permita dejar atrás la página del golpe.

"El cálculo de ellos es que van a aguantar estos cuatro meses hasta las elecciones, claramente", dijo el analista Kevin Casas-Zamora, del Brookings Institution en Washington.