Actualizado 10/02/2016 02:24

González del Río condenado a 37 años de prisión por un nuevo caso de 'falsos positivos'

EJÉRCITO
REUTERS


BOGOTÁ, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -

El coronel retirado del Ejército colombiano Robinson González del Río ha sido condenado este martes a 37 años y seis meses de prisión por otro caso de 'falsos positivos', como se conoce popularmente a las ejecuciones extrajudiciales de civiles presentados como guerrilleros caídos en combate.

En concreto, el juez ha emitido esta condena en base a su participación y conocimiento en la muerte de Javier Moreno y Janio Sepúlveda, quienes fueron presentado como guerrilleros abatidos en combate en septiembre de 2007 en el municipio colombiano de Neira (Caldas).

El exmilitar fue sentenciado por los delitos de "homicidio agravado, concierto para delinquir, porte de armas de fuego y falsedad ideológica en documento público". Por ello, tendrá que pagar una multa de 4.580 salarios mínimos legales vigentes y será inhabilitado durante 18 años para ejercer cargos públicos, según informa el diario colombiano 'El Espectador'.

El pasado mes de enero, González fue condenado a 30 años de cárcel por otros 31 casos de 'falsos positivos'. Los hechos habrían tenido lugar entre 2006 y 2009 en los departamentos colombianos de Antioquia, Cauca y Caldas, cuando González del Río ocupó el cargo de comandante del batallón Mártires de Puerres.

Actualmente el coronel retirado se encuentra detenido en la cárcel Picota, en el sur de Bogotá. Ante el juez, González del Río reconoció que ordenó a sus soldados asesinar en catorce operativos a campesinos inocentes con el objetivo de que su batallón obtuviese reconocimientos por el número de guerrilleros muertos en combate.

González del Río tiene otros casos abiertos, ya que lideró una red --compuesta por quince personas--, que controlaba el 60 por ciento de todo el tráfico de armas de corto y largo alcance existente entre miembros del Ejército y civiles, según un informe del Cuerpo Técnico de Investigación.

Esta red de tráfico de armas se dedicaba a robar material militar en las armerías del Ejército para venderlo o alquilarlo presuntamente a la banda criminal de 'Los Urabeños'.

"El 'modus operandi' de la estructura consistía en extraer material de guerra y repuestos de los armerillos ubicados en distintas partes del país, a través de suboficiales responsables de los mismos, para luego utilizando la investidura militar transportarlos y así burlar los retenes policiales", añade el texto.