Actualizado 02/07/2009 18:39

Gran Bretaña modifica tácticas ante expansión de gripe H1N1

Por Tim Castle

LONDRES (Reuters/EP) - Gran Bretaña cambiará la forma en que combate el brote de influenza H1N1, después de conocerse la proyección de que a fines de agosto podrían surgir más de 100.000 casos de la enfermedad por día en el país.

Ante esas estimaciones tan abultadas, el foco británico girará hacia el tratamiento de la condición en lugar de buscar contenerla.

La cantidad de casos confirmados se está duplicando cada semana, lo que presiona a los servicios de salud, señaló el jueves el secretario de Salud del Reino Unido, Andy Burnham.

"Con esta tendencia, podríamos tener más de 100.000 casos diarios a fines de agosto; aunque destaco que esto es sólo una proyección", expresó el funcionario ante la Cámara de los Comunes.

Las primeras dosis de una vacuna pandémica llegarían a Gran Bretaña a finales de agosto y para fin de año se espera que el país cuente con 60 millones de dosis disponibles, una cantidad suficiente para 30 millones de personas, o alrededor de la mitad de su población.

Hasta el momento, la mayoría de las personas que han contraído la infección sólo padecieron síntomas leves, pero en una pequeña minoría la enfermedad se presentó más severa, causando la muerte de tres personas.

"Siempre supimos que sería imposible contener el virus indefinidamente y que en algún momento tendríamos que movernos de la contención al tratamiento de la cantidad creciente de personas enfermas", dijo Burnham.

Los funcionarios de salud brindarán los antivirales a las personas más vulnerables, quienes deberían contactar a su médico lo antes posible en caso de que piensen que pueden tener la gripe H1N1.

Esto incluye a quienes padecen ciertas condiciones crónicas o tienen sistemas inmunes comprometidos, a las personas de más de 65 años, las mujeres embarazadas y los niños menores de 5 años.

También se seguirán dando los antivirales a los pacientes con influenza o que presentes síntomas, aunque se mantendrá a criterio de los médicos cuándo prescribirlos.

"Sé que los médicos y los hospitales están bajo creciente presión", indicó Burnham. "Es importante que hagamos todo lo posible para reducir la presión sobre los servicios de salud pública", añadió el funcionario.

En tanto, los intentos por rastrear a las personas que estuvieron en contacto con infectados ahora se detendrán.

Asimismo, las autoridades sanitarias tampoco compilarán diariamente la actualización del número de casos. En cambio, se difundirán estimaciones de la expansión general.

Los expertos en salud pública respaldaron los cambios implementados por el Gobierno británico. "Este es un enfoque mucho más sensato", dijo Alan Maryon Davis, presidente de la Facultad de Salud Pública.

"Significa que podemos conservar las reservas de antivirales que recibimos, en caso de que el virus regrese con ganas más adelante en el año", manifestó Davis al canal de televisión BBC.

Actualmente, Gran Bretaña tiene 7.447 casos confirmados de influenza H1N1. Las infecciones se están expandiendo más rápidamente en el suroeste, el este y en Londres, zonas en las que la cantidad de pacientes se triplicó en la última semana.