Actualizado 24/07/2008 09:53

Guatemala.- La selva guatemalteca supone nuevas y peligrosas rutas para los emigrantes ilegales hacia Estados Unidos

EL NARANJO (GUATEMALA), 24 Jul. (Reuters/EP) -

Los mayores controles fronterizos y una vía ferroviaria fuera de servicio en la frontera sur de México con Guatemala ha llevado a miles de emigrantes ilegales que van a Estados Unidos a buscar nuevas y peligrosas rutas hacia el norte a través de la densa jungla de Guatemala.

Hacinados en destartalados camiones, cientos de emigrantes pasan todos los días por el norte de Guatemala para llegar a la frontera mexicana, donde cruzan a pie en grupos, desafiando el calor, el cansancio, a bandas de secuestradores y a Policías corruptos. El peligroso cruce por la pequeña ciudad guatemalteca de El Naranjo es cada vez más popular desde que en 2005 el huracán Stan destruyó una franja de vías ferroviarias donde los emigrantes solían saltar a los trenes de carga rumbo al norte por México hasta la frontera con Estados Unidos.

Ahora, viajan por una ruta más larga a través de la selva de El Petén, donde los traficantes de cocaína fuertemente armados los persiguen para sacarles el poco dinero que llevan. "Hay mucha más violencia ahora, cuando hay más violencia, más armas, hay más negocios del tráfico y narcotráfico y el riesgo es mayor para los 'migrantes'", afirmó el sacerdote Ademar Barilli, que tiene un refugio para los emigrantes en la ciudad fronteriza guatemalteca de Tecun Uman.

INSEGURIDAD

Las bandas del narcotráfico, que desde hace tiempo trafican cocaína a través de la misma área selvática, están incursionando en el negocio del tráfico de personas. Cobran tarifas para pasar o secuestran a los emigrantes para extorsionar a sus familias. "Nos asaltaron antes que llegamos a la Policía mexicana. No sé dónde están los demás (de su grupo). Perdí el tren tres veces, yo me regreso a Honduras. Voy a casa", dijo Héctor, un hondureño de 28 años varado en Tenosique, México.

Otro hondureño de 23 años, que descansaba de las largas horas de viaje en camión a través de la jungla guatemalteca, contó de un viejo intento fallido de cruzar a Estados Unidos. Mientras estaban en un puesto de comida junto a la carretera, comentó que una mujer de su grupo fue secuestrada, llevada a un cuarto de hotel y violada por media docena de policías mexicanos.

Un estudio reciente de un grupo de Derechos Humanos encontró que el 80 por ciento de todas las mujeres que cruzan ilegalmente desde Guatemala a México sufren abusos sexuales, son golpeadas o robadas. Los ministerios del Interior de México y Guatemala prometieron en una visita a la frontera este mes sellar los más de 30 cruces ilegales.

PERDIDA DE VIDAS

Por su parte, Guatemala aseguró el mes pasado que iba a enviar cientos de soldados de élite y policías para aplacar la creciente violencia. Pero mientras la seguridad fronteriza se incrementa, los emigrantes -algunos de los cuales vienen de destinos de Sudamérica más lejanos, China o de Oriente Próximo- se adentran cada vez más en la jungla y en el peligro.

"Cuanto más recursos ponen los mexicanos en su frontera sur, más gente pierde la vida. Cuando aplicas más controles (...) la gente pasa por zonas más peligrosas de la frontera", manifestó el experto sobre migración Demetrios Papademetriou. Cientos de inmigrantes ilegales mueren día a día tratando de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, pero nadie tiene cifras sobre las muertes de emigrantes que cruzan por Centroamérica y México.

"La gente se va porque encuentra oportunidades en los Estados Unidos donde se las están ofreciendo", declaró Mauricio Farah, de la Comisión de Derechos Humanos de México. "Pero se están ofreciendo bajo leyes darwinianas en donde se permite que se quede el que tenga mayor posibilidad de supervivencia", agregó.