Actualizado 22/02/2013 13:03

Guerrilleros de las FARC, poco optimistas sobre el proceso de paz

Habla de problemas de mando y reconoce que los valores comunistas ya no e aplican como antes

   BOGOTA, 22 Feb. (Reuters/EP) -

   Los combatientes rasos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) escondidos en la selva del país tienen poco optimismo sobre el éxito del diálogo de paz con el Gobierno y cada vez sienten más temor sobre su futuro, según ha reconocido un comandante de la guerrilla que se entregó después de más de dos décadas en las filas rebeldes.

   Alexander García, quien pasó 22 de sus 34 años combatiendo en las FARC y desertó esta semana, ha afirmado que mientras se negocia en Cuba para terminar un conflicto que ha ensangrentado al país por casi medio siglo, crece el escepticismo entre los rebeldes por su futuro.

   Según ha explicado, entre los guerrilleros hay "duda e incertidumbre". "¿qué va a pasar más adelante?", ha señalado en una entrevista realizada en un jardín del Ministerio de Defensa pocos días después de abandonar las FARC, donde ha dicho que lideraba una unidad de 60 hombres.

   García, alias 'Caracho', admitió a Reuters que operó junto al fallecido jefe militar 'El Mono Jojoy', y que se entregó en una zona selvática del departamento de Guaviare donde luchaba, cansado de la permanente persecución militar, las dificultades de la vida en la jungla y la ausencia de su familia.

   "¿Qué se va a poner a hacer cada uno si no va seguir en la guerra?, ¿dónde se va a poner a trabajar a cada uno?", son las dudas que asaltan a los guerrilleros, según el excomandante, que entró en las FARC en el departamento del Meta, en el sureste de Colombia, como una forma de eludir problemas familiares.

   García forma parte de un programa de reinserción diseñado por el Estado para excombatientes. El excomandante de las FARC dijo que la mayoría de los guerrilleros rasos se enteró del comienzo de la negociación de paz en Cuba por la radio y que siguen los avances de la misma por ese mismo medio, el único del que disponen en la selva.

   "Dudo que salga algo en el futuro", respondió cuando se le preguntó su opinión sobre las conversaciones que se celebran en La Habana desde hace tres meses.

LA REINSERCIÓN

   Muchos colombianos creen que es inviable que la sociedad acepte a guerrilleros como García, y una vez que las autoridades hayan concluido su trabajo y desaparecido el interés de los medios, probablemente deba empezar otra lucha más personal fuera de las FARC, conocidas por su disciplina e intolerancia a la insubordinación.

   El complejo proceso de reinserción de los 16.168 combatientes que desertaron de esa guerrilla desde 2003 es prueba de ello. Muchos eran campesinos analfabetos o con un bajo nivel escolar, lo que ha dificultado su vinculación laboral, de acuerdo con el Gobierno.

   La reinserción a la vida civil es uno de los temas más espinosos de un eventual acuerdo de paz porque encierra el riesgo de que los exguerrilleros rasos se conviertan en delincuentes comunes o pasen a engrosar las filas de otros grupos armados ilegales que operan en el país.

   Según García, el asedio del Ejército ha dejado cicatrices internas en las FARC y hay unidades operando prácticamente por su cuenta. "En la guerrilla hay un bajón ideológico, hay problemas de mando porque hay mandos que tratan muy mal a la tropa (...) los valores comunistas que se aplicaban antes ya no existen, se acabaron, digamos no por completo pero sí están muy disminuidos", afirmó.

   "La guerrilla está militarmente diezmada (...) entonces eso también lo pone a uno a pensar. Las fuerzas militares están fortalecidas en todo, en su aparato logístico, en entrenamiento", subrayó. "Todo eso influye, porque mueren muchos comandantes que eran símbolo de la guerrilla", añadió.