Actualizado 30/07/2009 19:21

Honduras.- Algunos diplomáticos venezolanos permanecen atrincherados sin poder salir de la Embajada en Tegucigalpa

TEGUCIGALPA, 30 Jul. (Reuters/EP) -

Algunos diplomáticos venezolanos permanecen atrincherados en la Embajada en Tegucigalpa sin poder salir ante el temor de que sean sacados por la fuerza del país a pesar de que el Gobierno interino de Roberto Micheletti, que asumió el poder tras el golpe de Estado en Honduras, ya ha dado orden de expulsarles.

"No podemos salir a la calle por temor a que nos arresten", dijo el encargado de negocios de la embajada venezolana, Ariel Vargas, quien se encuentra en la Embajada junto con una funcionaria diplomática.

Entre tanto, un grupo de hondureños simpatizantes del derrocado mandatario, Manuel Zelaya, se mantienen frente a la Embajada jugando a las cartas y echados en el jardín con el temor de que el edificio sea tomado por la Policía.

"Nosotros nos vamos a mantener aquí", agregó Vargas al asegurar que ha recibido varias amenazas anónimas por teléfono de que van asaltar la residencia, aunque todavía no han podido precisar de dónde provienen.

La vicecanciller del Gobierno 'de facto', Martha Alvarado, dijo que no hay ninguna orden de captura contra ellos, pero aclaró que ya no tienen estatus diplomático desde el viernes, cuando venció el plazo para que abandonaran el país, y eventualmente deben regularizar su situación con la oficina de migración. "Están como cualquier ciudadano extranjero, como turistas, y su situación depende ahora de migraciones", dijo Alvarado a Reuters.

Los diplomáticos venezolanos fueron los únicos expulsados durante la crisis política que vive el país, de la que el Gobierno interino culpa al presidente venezolano, Hugo Chávez, el principal aliado de Zelaya.

Políticos, empresarios y parte de la población acusan a Zelaya -que quería realizar una consulta popular para abrir paso a la reelección cuando fue depuesto- de querer perpetuarse en el poder influenciado por Chávez.

Chávez retiró a su embajador en Tegucigalpa pocos días después del golpe y semanas después el Gobierno encabezado por Roberto Micheletti ordenó expulsarlos, acusándolos de intromisión en los asuntos internos de Honduras.

Los simpatizantes de Zelaya colgaron en la fachada de la embajada pancartas de apoyo al depuesto presidente y otras en las que se lee "golpistas asesinos". "Los militares quieren botar a los amigos de Zelaya y no lo vamos a tolerar", dijo Aníbal Cáceres, que se identificó como dirigente del Frente de Resistencia contra el golpe de Estado.