Actualizado 09/07/2009 12:09

Honduras busca solución a crisis con ayuda presidente Costa Rica

Por John McPhaul

SAN JOSE, Costa Rica (Reuters/EP) - El derrocado presidente de Honduras Manuel Zelaya y el Gobierno interino de Roberto Micheletti se reunirán el jueves en Costa Rica, con la mediación del premio Nobel de la Paz Oscar Arias, para buscar una solución a la crisis política del país centroamericano.

Sin embargo, las posiciones radicales de unos y otros parecen dejar poco margen de maniobra para que el diálogo finalmente destrabe la estancada situación.

El inicio del diálogo fue antecedido por la llegada a San José de Costa Rica del derrocado presidente Manuel Zelaya, quien demandó la inmediata remoción del Gobierno interino que encabeza Roberto Micheletti.

"Nuestra presencia aquí no obedece a ninguna negociación, en esto está empeñado el honor de todos los pueblos de América. Simplemente se está escuchando a través del mediador cuál es el planteamiento de los que han establecido este régimen de facto (...) para ver cómo están ellos planificando su salida, que es lo más honroso para las democracias de América Latina", dijo.

El Gobierno interino de Micheletti -respaldado por los dos principales partidos políticos, la Corte Suprema de Justicia y los empresarios- insistió en Tegucigalpa en que el retorno de Zelaya como presidente es innegociable, pese al apoyo de Estados Unidos y la OEA, que exigen su restitución.

Pese a que las posiciones inflexibles, la presión internacional y la amenaza de duras sanciones económicas contra Honduras podrían obligar a las partes a ceder.

Estados Unidos anunció el miércoles la suspensión de la ayuda militar por 16,5 millones de dólares y de asistencia al desarrollo al Gobierno interino de Honduras por el golpe de Estado, al tiempo que advirtió sobre el riesgo de otros fondos por 180 millones de dólares.

El gobierno interino, a través de su ministra de Finanzas, Gabriela Núñez, dejó en claro que esa decisión es "contraproducente" para el diálogo que se inicia en Costa Rica.

"Es realmente preocupante esta decisión de Estados Unidos, pues afecta importantes proyectos que estaban en marcha (...) Es contraproducente para las negociaciones", dijo Núñez a Reuters

El presidente de Costa Rica, ganador del premio Nobel de la Paz por su trabajo para poner fin a conflictos militares y guerras civiles que asolaron la región en la Guerra Fría, expresó su optimismo en lograr un acuerdo al conflicto.

ACUERDO ES LA META

"Lo que sí quiero es no dejarlos salir de aquí hasta que haya un acuerdo", dijo Arias en las horas previas al encuentro.

El golpe de Estado se desencadenó cuando Zelaya convocó a una consulta popular para abrir el camino a su reelección declarada ilegal por un juez, lo que provocó su secuestro y expulsión de Honduras por parte de los militares.

El golpe en Honduras se convirtió en la peor crisis en Centroamérica desde la invasión estadounidense a Panamá en 1989 y en un desafío para el presidente estadounidense Barack Obama, que mostró un decido apoyo a la mediación de Arias para evitar una escalada de la violencia en el país centroamericano.

Zelaya, cuya aprobación había caído a niveles del 30 por ciento en las semanas previas al golpe, insistió a su llegada a Costa Rica en su demanda para que el gobierno de facto abandone el poder y asuma las consecuencias de sus actos.

El derrocado presidente dijo que Costa Rica estableció un régimen de excepción para recibir y no capturar a un "criminal" que violó derechos y normas.

"Se ha creado en Costa Rica un régimen de excepción, recibir a un criminal que ha golpeado nuestro pueblo y los derechos de nuestra democracia, recibirlo aquí y no capturarlo, ya es un estado de excepción", aseguró Zelaya.

Los hondureños, que están divididos entre dos presidentes que claman su legitimidad, han protagonizado desde el día del golpe masivas manifestaciones a favor y en contra de Zelaya, un empresario maderero que a mitad de su mandato adoptó un discurso de corte socialista.

Una persona murió y varias resultaron heridas el domingo cuando simpatizantes de Zelaya se enfrentaron con militares mientras esperaban su frustrado regreso al empobrecido país centroamericano productor de café y textiles.