Actualizado 04/01/2008 01:20

Honduras.- El canciller hondureño dimite tras ser descubierto conduciendo ebrio y enfrentarse a la Policía

CIUDAD DE MÉXICO, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -

El canciller hondureño, Milton Jiménez, renunció hoy a su puesto con carácter irrevocable tras admitir que atacó a un grupo de policías que lo detuvo cuando iba en estado de ebriedad en un automóvil sin las placas de la matrícula por una calle de la capital, Tegucigalpa.

"Pido, con la humildad del caso, disculpas al pueblo por esta situación lamentable en que me involucré", declaró Jiménez en una rueda de prensa, en la cual explicó además que el incidente ocurrió sobre las 01:15 de la madrugada del domingo hora local (las 08:15 hora peninsular), pero el Gobierno lo dio a conocer cuatro días después, según reveló el diario hondureño 'La Prensa'.

"Es cierto, participé la noche del sábado en una reunión social y me tomé algunos tragos, aunque no llegué a un nivel de enajenación mental de alcoholismo (...) y fue algo normal durante las fiestas de la Navidad", añadió Jiménez. El canciller afirmó que "por mi investidura, debí haber sido más precavido, pero no me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi vida".

ACUSACIONES CONTRA LA POLICÍA

Una patrulla policial interceptó a Jiménez cuando iba en su automóvil de lujo frente al estadio Nacional de Tegucigalpa porque observó que el vehículo presentaba daños. "Al ser requerido, intenté justificarme, pero los policías reaccionaron violentamente (...) y me tiraron en una furgoneta y me maltrataron", subrayó el representante de Exteriores.

Jiménez indicó asimismo que "al llegar a la Oficina de Tránsito, reaccioné de manera violenta por el maltrato sufrido y defendí mi dignidad y mi integridad física", tras advertir que "pido no hacer escarnio de mi persona, tampoco dañar al Gobierno por estos hechos".

"Los policías me golpearon (...) y eso es necesario que no se vuelva a presentar en este país", aseguró Jiménez. "Y no guardo rencores ni un afán de venganza contra nadie (...) y como canciller dediqué mis esfuerzos por obtener lo mejor para el país y enaltecer a Honduras".

"No soy un asesino o un violador sexual ni tampoco un mentiroso. Por eso, doy la cara en este momento", añadió. "Y cometí una falta al conducir en ebriedad, tengo que aceptarlo, pero creo que la conducta excesiva (de la policía) no abona en nada a la democracia".