TEGUCIGALPA, 7 Ene. (Notimérica) -
Keren Jemima Dunaway González, una joven activista por los derechos de pacientes con VIH/Sida y representante de Honduras en foros internacionales, ha sido finalmente liberada este martes por la noche, unas horas después de que un grupo de hombres armados la secuestrase en la colonia Trejo de la ciudad hondureña de San Pedro Sula.
Esta información ha sido confirmada por el ministro de Seguridad del país centroamericano, Arturo Corrales, quien informaba en torno a las 21.40 horas (hora local) que la joven fue encontrada en un sector solitario de Lomas del Carmen, en San Pedro Sula.
"Ella (Keren) está en su casa y en algunos momentos va a ser revisada médicamente", ha añadido el comisario de Policía Jorge Rodríguez, en unas declaraciones que publica el diario local 'El Heraldo'. Por el momento no ha trascendido más información sobre las condiciones en las que ha tenido lugar la liberación de la activista.
Los agentes habían informado a primera hora de la mañana del rapto de la joven, de 18 años de edad, que fue interceptada junto a su madre en las inmediaciones de las oficinas del la Fundación Llaves. De acuerdo con el informe policial, ambas fueron abordadas a introducidas a la fuerza en un vehículo.
Poco después, los delincuentes bajaron del coche a la madre de la activista, quien regresó a las oficinas de la fundación en busca de ayuda. La organización reclamó a los captores que entregasen a Kerem "sana y salva" y advirtió de que necesitaba medicamentos antirretrovirales para combatir enfermedades que pueden atacar su sistema inmunológico.
"No somos gente que tenemos dinero, trabajo en una fundación que no tenemos ganancias, servimos", añadió la madre de la joven, Rosa Dunaway, quien dirige la citada fundación, que apoya a pacientes con VIH/Sida. "Es mi única hija, la luz de mis ojos. pido a los que se las llevaron que no le hagan daño", sentenció.
La joven representó a Honduras en la 27 Conferencia Internacional sobre Sida en México en 2008, cuando --con doce años de edad-- habló frente al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon y el entonces presidente mexicano Felipe Calderón.