Actualizado 08/06/2009 21:32

Indígenas Perú comienzan repliegue, sigue bloqueo

Por Marco Aquino

BAGUA GRANDE, Perú (Reuters/EP) - Centenares de indígenas amazónicos peruanos se preparaban el lunes para retornar a sus aldeas, luego de desafiar a una política de inversiones del Gobierno neoliberal de Alan García con violentas protestas que dejaron decenas de muertos.

Pero mientras los manifestantes congregados Bagua Grande, departamento de Amazonas, esperaban el transporte terrestre ofrecido por autoridades, dirigentes indígenas aseguraron que la protesta antigubernamental seguía en pie y negaron que su líder nacional, Alberto Pizango, hubiera huido al extranjero.

La presunta huida de Pizango fue aprovechada el fin de semana por García para denunciar que las protestas, el mayor desafío enfrentado en sus casi tres años de segundo mandato, formarían parte de una "conspiración anti peruana" alentada por gobiernos extranjeros "competidores", que no identificó.

Medios locales advirtieron que la tensión continuaba, porque independientemente del repliegue campesino desde Bagua Grande, a unos 1.400 kilómetros al norte de Lima, otros millares de indígenas mantenían bloqueada una carretera en la también amazónica zona de Yurimaguas.

La defensora del pueblo, Beatriz Merino, dijo que el Gobierno comunicó que intentaría despejar el lunes una carretera entre las poblaciones de Yurimaguas y Tarapoto, donde, según señaló, estarían movilizados "unos 5.000 indígenas".

"Exhorto a la paz, a que no se repitan hechos de violencia lamentable (...), todos tenemos la obligación de asumir nuestra responsabilidad y poner nuestra cuota de contribución para que este problema no vaya a escalar", dijo Merino a radio RPP.

"NO HA HUIDO"

El paradero de Pizango, contra quien la justicia emitió una orden de captura, continuaba siendo un misterio aunque sus allegados aseguraron que estaba refugiado en Lima.

"Nuestro líder está aquí, dialogando con los líderes de la Amazonía (...), él no está huido, simplemente está garantizando su vida", dijo en conferencia de prensa en la capital peruana la dirigente Deisy Zapata, de la organización nacional de los indígenas conocida por su sigla AIDESEP.

El Gobierno dijo el fin de semana que tenía informes de que Pizango habría huido a la vecina Bolivia, donde sería respaldado por el Gobierno del presidente Evo Morales.

La Paz negó injerencia en el conflicto peruano y dijo que investigaría si el líder de la AIDESEP, quien no estaba ubicable desde el mediodía del viernes, ingresó a su territorio.

Zapata aseguró que Pizango "no huyó en ningun momento, esté en Lima" y experaba que el presidente García garantice su vida para que pueda presentarse en una conferencia de prensa.

"No daremos pie atrás, no retrocederemos y por el contrario continuaremos con esta posición que es una demanda de los pueblos indígenas", insistió Zapata, acusando al Gobierno de haber "manchado de sangre" a Perú.

REPLIEGUE

Casi 800 indígenas de varias etnias hallaron refugio en un centro católico de Bagua Grande tras protagonizar el viernes y sábado choques con la fuerza pública en una carretera y en una estación de bombeo del oleoducto principal del país.

Líderes indígenas dijeron que la violencia dejó al menos 30 manifestantes muertos, pero el Gobierno informó que hasta el lunes había confirmado el deceso de sólo nueve indígenas, además de 24 policías y cuatro pobladores de Bagua Grande.

La violencia en las ciudades de Bagua Grande y Bagua Chica estalló cuando la policía y el ejército intentaron dispersar a los indígenas que bloqueaban una carretera regional, al día siguiente de que el Congreso desistiera de revisar un polémico paquete de leyes pro inversiones.

Los indígenas consideran que esas leyes -defendidas por el Gobierno de García como imprescindibles para atraer inversiones hacia los hidrocarburos y otros recursos de la selva- violan los derechos derechos de los pueblos "originarios" sobre el territorio amazónico.

"Regresamos a nuestras comunidades para conversar sobre lo que ha pasado, pero no estamos derrotados porque seguiremos con nuetra lucha", dijo en Bagua Nérida Díaz, una de las dirigentes de los indígenas, mayormente de las etnias aguarunas y huambisa.

"Vamos a seguir peleando porque no en vano nuestros muertos están en la Curva del Diablo", agregó Díaz, refiriéndose al lugar de la carretera amazónica donde se produjeron los choques más graves entre indígenas y los uniformados.

El padre Castinaldo Ramos, responsable del centro parroquia, dijo que los indígenas podrían tardar hasta días en llegar a sus aldeas, pues en muchos casos debían caminar por la selva y trasladarse en botes.

"En realidad se van porque en este centro pastoral es imposible atenderlos. Son muchos", dijo el sacerdote.