Actualizado 23/06/2009 17:43

Indignación por la visita de un ministro israelí a una mezquita

JERUSALEN (Reuters/EP) - Un ministro del Gobierno israelí que ocupó titulares la semana pasada por unas declaraciones racistas sobre los árabes realizó el martes una inusual visita a la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, provocando la condena de líderes religiosos palestinos.

Hace nueve años, una visita similar desencadenó una sangrienta revuelta.

El ministro de Seguridad Interior, Yitzhak Aharonovitch, miembro del partido ultranacionalista Yisrael Beitenu del ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, fue al tercer lugar más sagrado para el Islam para revisar el despliegue policial en la sensible área, dijo su portavoz.

Aseguró que la visita fue coordinada con las autoridades musulmanas, una declaración que sin embargo fue refutada por el principal clérigo de la ciudad.

Durante la visita de 90 minutos, Aharonovitch entró en la mezquita, ubicada en un complejo en la parte vieja de la ciudad conocido por los musulmanes como Al Haram Al-Sharif (Noble Santuario) y por los judíos como el Monte del Templo. La zona también alberga el santuario de la Cúpula de la Roca.

Israel pasó a controlar el área en la guerra de Oriente Medio de 1967 y se la anexionó junto con el resto de Jerusalén Oriental, en una iniciativa no reconocida internacionalmente.

Las visitas al complejo por parte de funcionarios israelíes son poco comunes y extremadamente sensibles.

Un levantamiento palestino, conocido como la Intifada de Al-Aqsa, se desató en el 2000 con una visita al recinto por parte del político derechista Ariel Sharon. Posteriormente se convirtió en primer ministro de Israel.

"La intención de la visita era ver cómo se desplegaría la policía en caso de emergencia", dijo el portavoz de Aharonovitch, Tal Harel, afirmando que la ida al lugar se había coordinado con el organismo supervisor musulmán conocido como el Waqf.

"Fuimos a todos los sitios. Estuvimos acompañados por el Waqf, que estaba plenamente consciente de nuestra presencia, y estuvo planeado con ellos bastante antes de la visita", añadió Harel.

Sin embargo, el Gran Mufti de Jerusalén, Mohammed Hussein, afirmó que la visita no fue coordinada por adelantado.

"No tiene derecho a visitar Al Aqsa porque es un lugar islámico y no un lugar judío, y podría desencadenar incidentes violentos porque la visita provoca los sentimientos de los musulmanes (...) es un asalto a un lugar islámico", declaró Hussein.

La semana pasada, miembros de la oposición árabe del Parlamento de Israel pidieron la dimisión de Aharonovitch por unos comentarios que realizó durante un encuentro con policías.

En imágenes de televisión, el ministro, que respondía a un agente encubierto que se disculpó por su ropa sucia, dijo entre risas: "¿Qué quieres decir con sucia? Pareces un verdadero 'Araboosh'", un término despectivo para un árabe en lenguaje coloquial hebreo.

Aharonovitch luego pidió perdón por su comentario.