Actualizado 25/06/2009 19:27

Indignados iraquíes piden protección contra ataques

Por Muhanad Mohammed

BAGDAD (Reuters/EP) - Cientos de indignados iraquíes se reunieron el jueves alrededor de los escombros de un mercado donde una bomba dejó 72 muertos, demandando una mejor protección por parte del Gobierno después de que las tropas de Estados Unidos se replieguen a sus bases.

Una serie de ataques con bomba han despertado dudas sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes para mantener acotada la insurgencia cuando las tropas de combate de Estados Unidos se retiren de pueblos y ciudades el 30 de junio. El jueves, nuevas explosiones causaron la muerte de cinco policías y al menos dos civiles.

La violencia cayó fuertemente a través de Irak durante el año pasado pero grupos milicianos como la red sunita Al Qaeda continúan realizando ataques suicidas y con coches bomba, que buscan debilitar el Gobierno encabezado por chiítas y reiniciar el conflicto sectario.

Residentes del sitio del ataque del miércoles en Ciudad Sadr, un distrito chiíta de Bagdad, se abrazaban unos a otros y muchos, con evidente enojo, maldecían a las autoridades. La explosión ocurrió cuatro días después de que los soldados estadounidenses entregaron el control de la zona a fuerzas iraquíes.

"Creo que habrá más explosiones", dijo Mustafa Hussain, un hombre de 33 años, en el lugar, donde restos de cuerpos y ropa ensangrentada todavía inundaban el área.

"Las fuerzas iraquíes no tienen suficiente experiencia y no revisan bien los vehículos en los puestos de control (...) ellos deben probar sus habilidades al pueblo", agregó.

Jawad Kadhim, un conductor de taxi de 40 años en Ciudad Sadr, dijo que el ataque estaba destinado a animar el odio sectario.

"Los grupos terroristas quieren enviar un mensaje de que cuando las tropas estadounidenses dejen las ciudades habrá un vacío de seguridad", dijo. "El relajo de la seguridad y la corrupción en los puntos de control son las principales razones para temer de lo que venga".

El sábado, un camión bomba dejó 73 muertos cerca de la ciudad norteña de Kirkuk. Ese incidente y el ataque en el mercado de Ciudad Sadr fueron los atentados más sangrientos ocurridos en el país en más de un año.

"La naturaleza política de esos ataques se está volviendo clara. Son un intento por retrasar o suspender el retiro de las fuerzas estadounidenses de los centros urbanos iraquíes de acuerdo con el cronograma" dijo en una declaración el vicepresidente Tareq al-Hashimi.

La policía dijo que en la ciudad occidental de Falluja, que recientemente recobró la tranquilidad tras un período de gran inestabilidad, la explosión ocurrida a la vera de un camino destruyó un vehículo policial y causó la muerte de los cinco efectivos que se encontraban en su interior.

Falluja se encuentra en la provincia de Anbar, otrora centro de la rebelión contra las tropas estadounidenses y las fuerza iraquíes.

Horas después, al menos dos personas murieron y 30 resultaron heridas como consecuencia de una explosión registrada en una concurrida terminal de autobuses en la parte sur de la capital, dijo una fuente en un hospital.

En el este de Bagdad, el Ejército de Estados Unidos dijo que nueve de sus soldados resultaron heridos por la explosión de una bomba al costado del camino que impacto a su patrulla.

El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, miembro de la mayoría chiíta, instó al mundo a denunciar el baño de sangre.

"Llamamos a la comunidad internacional, especialmente a los países árabes e islámicos, a tomar una posición clara y decisiva contra este crimen", dijo en una declaración.