Actualizado 07/06/2009 20:00

Iniciativa búlgara hacia musulmanes muestra grietas

Por Anna Mudeva

KRUMOVGRAD, Bulgaria (Reuters/EP) - Veinte años después de que el antiguo Gobierno comunista de Bulgaria montara una campaña oficial de persecución contra su minoría musulmana, Mustafa Yumer teme que la creciente xenofobia pueda restituir la pesadilla.

Yumer encabezó la resistencia y las huelgas de hambre contra la campaña para forzar a los musulmanes a adoptar nombres búlgaros en la primavera de 1989. Ahora dice que la creciente retórica anti islámica está fomentando el odio étnico y abriendo viejas heridas.

"Estamos todos muy preocupados", dijo el filósofo y ex docente de 65 años. "La gente les tiene miedo a los partidos de extrema derecha que predican para que Bulgaria se convierta en una nación de una sola etnia", aseveró.

Los musulmanes componen aproximadamente el 12 por ciento del país balcánico de 7,6 millones de habitantes y gran parte pertenece a la Iglesia Ortodoxa Búlgara. El país fue elogiado por evitar los enfrentamientos una vez terminada la Guerra Fría, a diferencia de la ex Yugoslavia que está al oeste.

Bulgaria es el único país de la Unión Europea donde los musulmanes no son inmigrantes recientes. La mayoría desciende de turcos que llegaron durante los cinco siglos del dominio otomano que terminó en 1878. Viven a la par con los cristianos en un sistema conocido como "komshuluk", símbolo de relaciones cordiales.

Pero la creciente popularidad del ultra nacionalista partido Attack y el endurecimiento de las actitudes de otros políticos de derecha hacia los musulmanes de cara a las elecciones parlamentarias de julio han puesto al descubierto fisuras en el modelo búlgaro.

Es poco probable que Attack forme parte del próximo Gobierno, pero ha ayudado a establecer el tono de la campaña electoral.

Los turcos y los pomaks étnicos -eslavos que se convirtieron al Islam bajo el dominio otomano- se sienten sacudidos y consternados por las acusaciones de que apuntan a crear enclaves autónomos y que algunos de sus pueblos son bastiones para el Islam radical.

"Si nos quedamos sentados y no trabajamos como búlgaros patriotas, un día ellos nos conquistarán de verdad. Ellos anexarán regiones enteras", dijo en mayo el líder de Attack, Volen Siderov, en una marcha electoral.

Se han registrado más de 100 incidentes de mezquitas vandalizadas y otros edificios musulmanes en los últimos 2 ó 3 años.

A las mujeres se les ha prohibido usar el tradicional velo musulmán en algunas escuelas y universidades, el primer indicio de Bulgaria de un tema que ha generado tensiones en Europa occidental.

¿RADICALIZACION?

Algunos musulmanes temen perder sus derechos civiles, adquiridos en las últimas dos décadas, y una posible repetición de las represiones de la década de 1980 si los nacionalistas se unen a la coalición gubernamental después de las elecciones del 5 de julio.

Los comentaristas dicen que el aumento del nacionalismo ha sido apuntalado por una combinación de apatía electoral y descontento ante los bajos estándares de vida, el alto nivel de corrupción y el crimen organizado.

Un "proceso de resurgimiento" lanzado por el fallecido dictador comunista Todor Zhivkov para asimilar a los musulmanes por la fuerza terminó con una campaña para forzarlos a cambiar sus nombres, y el éxodo de más de 300.00 turcos a la vecina Turquía en 1989.

Según varias estimaciones, entre 500 y 1.500 personas murieron por resistirse a la asimilación forzada entre 1984 y 1989, y miles más fueron a campos de trabajo forzado. La represión dio lugar a atentados con bombas por parte de los turcos, que terminaron con veintenas de muertos.

"Las heridas se habrían cerrado ya si algunas personas hubiesen dejado de provocarlos", dijo Fikri Gulistan, un dentista de 49 años en Momchilgrad, donde el turco es el idioma de todos los días.

Los líderes religiosos advierten que algunos de la minoría musulmana podría caer presos por los grupos islámicos extranjeros que tratan de radicalizarlos.

"Estamos haciendo lo mejor que podemos para detener tales procesos. Tratamos de controlar las mezquitas y todos los rituales. Hasta ahora hemos tenido éxito", dijo Hussein Hafazov, asesor del máximo clérigo musulmán de Bulgaria, Mustafa Alish Hadji.

"Si somos constantemente acusados de ser terroristas y peligrosos para la seguridad de este país, no podemos saber si un día parte de la sociedad comenzará a sentirse de ese modo", añadió.