Actualizado 13/03/2013 17:23

Irak.- La defensa del militar de EEUU que mató a cinco compañeros pide al juez que reconsidere si está mentalmente apto

TACOMA (WASHINGTON), 13 Mar. (Reuters/EP) -

Los abogados del sargento John Russell, acusado de matar a otros cinco militares estadounidenses en un tiroteo en una base militar cerca del aeropuerto de Bagdad en 2009, han pedido al juez que investiga el caso que reconsidere la decisión de una junta sanitaria de declararle mentalmente apto para someterse a juicio ante un tribunal militar.

Russell, que podría ser condenado a pena de muerte si es condenado, está acusado de un tiroteo en la base Camp Liberty que acabó con la vida de cinco militares y que el Ejército atribuyó al estrés que sufría durante su despliegue en Irak.

El sargento, que estaba destinado en el batallón de ingenieros 54 con base en Bamberg (Alemania), afronta cinco cargos de asesinato premeditado, un cargo de asalto agravado y uno de intento de asesinato.

El estado mental de Russell, que centró la primera fase del proceso legal en 2012, ha vuelto a situarse como el punto principal de la fase preliminar del juicio que se celebra en la base conjunta Lewis McChord, cerca de Tacoma, en Washington.

Los abogados de la defensa han solicitado al juez que preside el tribunal del caso, el coronel David Conn, que revoque la decisión que adoptó en 2011 una junta sanitaria, formada por tres especialistas, que decidió declarar a Russell apto para someterse a juicio ante un tribunal militar. El coronel Conn no ha respondido a esa solicitud.

Una junta médica anterior revisó la situación del sargento en julio de 2009 y decidió declarar a Russell no apto para someterse a juicio por padecer un "desorden depresivo mayor", psicosis y síndrome de estrés postraumático (PTSD). Tras ese primer dictamen, el sargento se sometió a 20 meses de tratamiento en un hospital de Carolina del Norte antes de la segunda revisión médica en la que se le declaró mentalmente apto.

Los abogados de la defensa se han centrado en esta ocasión en suscitar dudas sobre la credibilidad de uno de los doctores que participó en las dos juntas médicas que evaluaron el estado mental de Russell. El coronel Ricky Malone, médico del Ejército que formó parte de las dos juntas médicas, ha reconocido en una declaración vía telefónica que en ocasiones bebió demasiado y tuvo resaca pero ha insistido en que estas circunstancias no afectaron a su capacidad de juicio durante la evaluación de Russell.

El hecho de que el sargento padeciera estrés postraumático y psicosis ya había sido denunciado durante el proceso legal contra el sargento por otro experto médico, el psiquiatra forense de la Universidad de Pensilvania Robert Sadoff, en noviembre de 2012.

Sadoff certificó que Russell padecía estas dos dolencias cuando ocurrió el tiroteo, así como un "desorden disociativo", consistente en una pérdida de memoria sobre lo sucedido ese día.

En una declaración por escrito, Sadoff criticó duramente al psicólogo y al psiquiatra de la base Camp Victory por el tratamiento "inexcusable" al que sometieron al sargento días antes del tiroteo. En concreto, afirmó que Russell fue llevado a la violencia "por la ineptitud y la falta de compasión del personal asignado para su tratamiento", toda vez que estaba "en un agudo estado de depresión, con intenciones suicidas".

Dos de los cinco militares que murieron a manos del sargento eran personal médico del centro encargado de tratar a los militares que sufrían estrés por combate.

La existencia del síndrome de estrés postraumático y la psicosis en el diagnóstico de Russell podría permitir a sus abogados que lograron convencer al jurado de que el sargento no era capaz de distinguir la naturaleza y las consecuencias de sus acciones.