MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha dicho estar "alarmado" por la escalada de la violencia en la ciudad iraquí de Nayaf, donde el miércoles siete personas perdieron la vida y otras 75 resultaron heridas después de que seguidores del clérigo Muqtada al Sadr abriesen fuego contra manifestantes opositores.
Las fuerzas de seguridad intentaron en un primer momento contener la violencia, pero finalmente se vieron "incapaces de proteger a los manifestantes", que vieron no solo como les atacaban sino también como desmantelaban un campamento de protesta en una céntrica plaza.
La violencia se repitió también el jueves, en este caso en la cercana ciudad de Kerbala, donde hombres armados supuestamente vinculados a Al Sadr atacaron a los manifestantes con fusiles automáticos, porras y cuchillos, lo que se saldó con tres heridos, entre ellos un policía. Según el Alto Comisionado, "el Ejército supuestamente estaba presente, pero no intervino".
"Estos últimos incidentes plantean de nuevo serias dudas sobre la capacidad del Gobierno de cumplir sus obligaciones conforme al Derecho Internacional y proteger a los manifestantes de los ataques de una 'milicia'", ha lamentado la portavoz de la oficina de Derechos Humanos, Marta Hurtado, en un comunicado.
La oficina que dirige la expresidenta chilena Michelle Bachelet ha "reiterado" su llamamiento para que el Ejecutivo garantice la seguridad de todos los manifestantes pacíficos "en todo momento".
Las protestas se han seguido sucediendo en varios lugares de Irak, pese al nombramiento el pasado sábado de Mohamed Allaui como primer ministro encargado. Allaui dispone de un mes para conformar un nuevo gobierno con el que reconducir el país hasta que puedan celebrarse elecciones anticipadas.