Actualizado 12/06/2009 20:08

Jerga venezolana, clave en éxito popular de Chávez

Por Charlie Devereux

CARACAS (Reuters/EP) - Que un jefe de Estado describa a un teléfono celular con un término ordinario referido a los genitales masculinos probablemente generaría quejas en la mayoría de los países, pero en Venezuela, este lenguaje es parte del atractivo popular del presidente Hugo Chávez.

Chávez ha hecho del lenguaje vulgar y los insultos una seña de identidad de su década en el poder.

En una ocasión, el polémico mandatario anunció al país que tendría sexo con su esposa al llegar a casa el Día de los Enamorados con un jocoso: "Esta noche te voy a dar lo tuyo"; mientras que al ex presidente estadounidense George W. Bush le ha dedicado toda clase de epítetos, desde "burro" hasta "genocida".

Entonces, no fue una gran sorpresa cuando recientemente bautizó al primer celular fabricado en Venezuela como "El Vergatario", una palabra derivada de la jerga popular para referirse al pene.

La palabra es ampliamente utilizada en el occidente del país petrolero para referirse a algo considerado de gran calidad y provocó apenas algunas risas cuando Chávez habló por primera vez del teléfono.

El presidente aclaró que no se refería a los genitales masculinos cuando le dio el apodo al celular de unos 14 dólares, fabricado con ayuda de un socio chino, sino para resaltar sus buenas características.

Los discursos salpicados de jerga popular y a veces directamente groseros exasperan a sus oponentes, blancos habituales de sus insultos, pero ayuda a explicar su perdurable popularidad entre millones que se identifican con los orígenes humildes del mandatario socialista en un hogar pobre del llano venezolano.

Chávez, graduado de subteniente en una academia militar, saltó a la fama tras un fallido golpe de Estado en 1992 para luego ganar la presidencia en 1998 con un discurso de inclusión, justicia social y lucha contra las corruptas élites del pasado.

Tras 10 años en el poder, sus niveles de aprobación siguen por encima del 50 por ciento gracias a sus multimillonarios programas asistenciales en educación, salud y alimentación que llegan a casi todo el país sudamericano.

COÑITOS Y CARAJITOS

Los venezolanos utilizan un español repleto de explícitas referencias sexuales a los órganos reproductores masculino y femenino, la orientación sexual e incluso a enfermedades venéreas, y Chávez -parece que deliberadamente- no busca un tono presidencial más distinguido.

El año pasado, durante uno de sus programas dominicales de radio y televisión relató con todo lujo de detalles un "apretón intestinal" que desató las carcajadas de los asistentes y la indignación de sus opositores.

En las calles de Caracas, es habitual oír a las madres referirse a sus hijos como "coñitos" o "carajitos", diminutivos de los genitales femeninos y masculinos. Este tipo de expresiones son tan comunes que hace tiempo perdieron toda su significación sexual original y no sorprenden a nadie.

"A todos los venezolanos les encantan esas (...) palabras de la jerga, del mundo proletario", dijo Manuel Bermúdez de la Academia Venezolana de la Lengua, agregando que Chávez lo usa deliberadamente: "Es calculado. Ese tipo de discurso llega al pueblo".

Chávez emplea una mezcla de expresiones populares influenciadas por el béisbol y el lenguaje militar, con refranes bíblicos, citas históricas y referencias literarias.

"PITIYANQUI"

El argot venezolano puede ser ordinario, pero durante mucho tiempo se esperaba que los presidentes estuvieran algo por encima del pueblo llano y muchos de los opositores de Chávez dicen que ha generado una caída en los estándares.

"La manera en que habla es muy grosero y me da vergüenza", dijo María Luisa García, una trabajadora social de 70 años en el acomodado barrio Los Palos Grandes, en el este de Caracas.

"Un presidente tiene que dar una buena imagen", argumentó. "Con un país donde la mayoría son jóvenes (...) ¿Qué les está enseñando?", agregó.

Chávez guarda sus expresiones más afiladas para la oposición, a la que durante años ha calificado con coloquialismos denigrantes como "escuálido", para referirse a lo pequeño y patético de su peso político y que al final acabó popularizando incluso entre sus adversarios.

Ahora, su etiqueta preferida para los opositores es "pitiyanquis", que deriva de la palabra francesa "petit" (pequeño) y la forma españolizada para decir "Yankee", utilizada en el pasado por otros mandatario venezolanos para describir la influencia estadounidense en las élites del país caribeño.