RÍO DE JANEIRO, 26 Jul. (del enviado especial de Europa Press José María Navalpotro) -
Más de un millón de personas, según fuentes de la organización de la JMJ de Río de Janeiro han seguido en la playa de Copacabana el primer acto público del Papa Francisco en esta jornada, concluido poco antes de las 20.00 horas (medianoche en España).
En torno a las 17.30 horas de la tarde, el helicóptero del Papa tomaba tierra en el Forte de Copacabana, un recinto militar rodeado de medidas de seguridad extremas, y que acoge también el Media Center para la prensa acreditada. La llegada se produjo en medio de una inmensa expectación por parte de los cientos de miles de personas que llenaban la larga avenida Atlántica en Copacabana, de cerca de cuatro kilómetros de largo.
El Papa Francisco recorrió en papamóvil el largo trecho que le separaba del escenario preparado para el acto de bienvenida a los jóvenes y que, en principio, también acogerá la Vigilia del próximo sábado y la Misa del domingo. La reducida velocidad del vehículo permitió al Santo Padre saludar a los peregrinos que le flanqueaban a ambos lados del trayecto.
Desde las 14.00 horas (19.00 horas en España), en el escenario en Copacabana se sucedían intervenciones musicales (de artistas como la Banda Rosa de Saron, Martín Valverde, Tony Melendez, Rex Band y Miguel) y vídeos sobre la historia de la JMJ, y el himno, además de desarrollarse un homenaje a los voluntarios aquí presentes.
Tras palpar el cariño popular, el Santo Padre se ha dirigido hasta el la sede, en el centro del escenario, presidido por una gran cruz. Tras unos cantos iniciales, monseñor Orani Tempesta, arzobispo de Río, ha dado la bienvenida al Papa.
"Aquí están los jóvenes de hoy, de más de 180 países y de todas las diócesis de Brasil, con sacrificios y luchando para vivir como peregrinos. Ellos son los protagonistas de un nuevo mundo que es un sueño hecho realidad ", ha señalado.
Santo Padre, en el inicio de su pontificado, nos recuerda que siempre debemos confesar a Jesucristo en nuestra vida de fe y misión, para no caer en la tentación de ser una ONG socio-caritativa. Por lo tanto, su presencia en medio de nosotros y sus palabras nos ayudará a dar testimonio de Cristo, para llevar a los otros a través de nuestras acciones y palabras".
Tras las palabras del arzobispo, dio comienzo "Rio de fe", un musical en el que participan más de 250 jóvenes, pensado para dar a conocer la ciudad de Río de Janeiro a través de la devoción de su pueblo y su fe católica.
Al acabar, se desarrolló un vistoso desfile de banderas de todos los países presentes en la JMJ, y cinco jóvenes, en representación de los cinco continentes, tuvieron ocasión de saludar al Papa. Una de ellas, brasileña, visiblemente emocionada, fue incapaz de concluir completamente su testimonio, pero fue abrazada por el Papa.
El Papa pronunció un saludo inicial, con unas palabras improvisadas en las que hizo referencia a que los cariocas no gozan con el frío y la lluvia, pero han sido más fuertes que el frío y la lluvia, "son verdaderos guerreiros", luchadores. También hizo referencia a su visita a Benedicto XVI antes de venir a Río y cómo el papa emérito le comentó que estaría pegado al televisor siguiendo la visita.
A las palabras del Papa siguieron diferentes actuaciones musicales. Especialmente vistosa, la canción del Cirio de Nazaré (la mayor tradición católica de Brasil que reúne todos los años, desde 1793, millones de personas en la ciudad de Belem de Pará), interpretada por la cantante Fafá de Belém y la joven cantante Nazaré Araújo.
Acto seguido, y con un tiempo inestable donde el viento predominaba sin hacer mella en los centenares de miles de jóvenes congregados en la playa, comenzó el acto litúrgico, con la lectura del Evangelio y el discurso del Papa.
Tras una oración universal en portugués, italiano, español e inglés y el rezo del Padrenuestro, el Papa Francisco impartió la Bendición Final. La despedida del Papa ha sido en torno a las 19.00 horas al ritmo de 'Jesus Christ You are My Life', compuesto por el compositor italiano Marco Frisina y cantado por el tenor Jean Willian.