Keiko Fujimori
JANINE COSTA / REUTERS

   Por Rogelio Núñez*, investigador del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la Universidad de Alcalá.

   MADRID, 11 Mar. (Notimérica) -

   La decisión de la Junta Nacional de Elecciones de dejar fuera a Julio Guzmán y a César Acuña cambia profundamente la marcha de la campaña electoral peruana para las elecciones presidenciales de abril.

   La gran ganadora es Keiko Fujimori, quien está desarrollado una campaña de muy bajo perfil para no cometer equivocaciones a la vez que reformula el fujimorismo como un movimiento popular y mucho más aggiornado y centrado (alejándolo de la sombra de su padre lo más posible aunque sin abandonar la figura del fundador). El fujimorismo, de la mano de Keiko, aspira a regresar al poder y busca romper su enclaustramiento como partido de derecha dura.

   Así se ha lanzado a la conquista del espacio del centroderecha sin abandonar sus raíces populares (y populistas) y a su tradicional electorado con vistas a las presidenciales de 2016. Keiko es consciente de que, desde que cayó su padre en 2000, el fujimorismo ha mantenido el apoyo de un electorado muy fiel, en torno al 30% de la ciudadanía. Ese a ha sido a la vez su suelo y su techo.

   Eso, en 2011, le sirvió para pasar a la segunda vuelta pero no para imponerse en el balotaje a Ollanta Humala, pues el fujimorismo sigue despertando anticuerpos en amplios sectores sociales que tienen aún muy presente el autoritarismo de los tiempos de Alberto Fujimori. Esta situación es la que ha llevado a Keiko Fujimori a desplegar una estrategia en la que trata de conquistar el voto de centro, sin perder los apoyos que recibe de forma natural de la derecha más tradicional.

   Keiko además se transforma en la gran ganadora con la salida de Guzmán y Acuña no tanto por los votos nuevos que puede captar (en torno a un 3% según algunas encuestas) sino porque los dos candidatos emergentes que estaban en alza (primero Acuña hasta el pasado enero y ahora Guzmán) desaparecen del escenario político y como principales rivales suyos. Keiko Fujimori ya roza el 40% de la intención de voto y pasará a segunda vuelta tras aventajar a unos 30 puntos a sus nuevos perseguidores (en especial Pedro Pablo Kuczynski).

   Julio Guzmán era el único que podía hacer sombra a Keiko Fujimori en una posible segunda vuelta y de un plumazo sale de la carrera electoral. Algunas encuestas incluso le daban como ganador en un ballotaje algo que ningún otro candidato (César Acuña o Pedro Pablo Kuczynski) había logrado hasta ahora.

   Ahora la gran incógnita es si alguno de los candidatos que quedan en pie (Pedro Pablo Kuczynski, Alan García, Alfredo Barnachea, Verónika Mendoza) podrían llevarse los votos huérfanos de Guzmán y Acuña.

   Pedro Pablo Kuczynski se perfilaría como el segundo más beneficiado por la ausencia de esos dos candidatos: ya estuvo a punto de ser el candidato sorpresa en 2011: obtuvo el 18,5% a solo tres de Keiko Fujimori que luego disputó la segunda vuelta con a Ollanta Humala. Sin embargo en 2016, el que se perfilaba como rival de Keiko Fujimori, se fue hundiendo y viendo como le superaba primero Acuña y después Guzmán. Incluso se llegó a rumorear que podía estar pensando en retirarse cuando se consolidó su hundimiento en las encuestas.

   Ahora, PPK recibe parte del voto de Guzmán y Acuña lo que le puede valer para consolidarse en el segundo lugar con el 10%, muy lejos de Keiko y con otros candidatos muy cerca de él. Pero Kuczynski arrastra varios hándicaps que le impiden ser tan competitivo como Guzmán: es un candidato limeño poco conocido y votado más allá de la capital. Y pese a subir en las encuestas con la ausencia de Guzmán y Acuña da la imagen de caballo perdedor ya que estaba en la cuesta abajo y esa dinámica es compleja de revertir en este contexto.

   Perú es un país volátil y propicio para las sorpresas pero se antoja difícil que eso vaya a ocurrir en el tiempo que queda.

   Alan García es un viejo zorro pero no ha logrado escapar del pozo de la intención de voto ni siquiera apostando por una alianza tan contranatura como la firmada con Lourdes Flores Nano. Otro candidato que espera transformarse en un nuevo outsider es Alfredo Barnachea. La última encuesta de GFK señala que Barnechea, candidato de Acción Popular, se ubica cuarto en intención de voto dejando en el quinto lugar a García, de Alianza Popular. En su caso tiene condiciones para heredar apoyos de Guzmán y Acuña pero no tiempo para llevar a cabo tamaña hazaña.

   Así pues con PKK sumido en la mediocridad, Alan García incapaz de remontar y Barnachea sin el carisma de Guzmán y la audacia de Acuña todo parece favorecer a Keiko Fujimori para que ella devuelva al fujimorismo al poder 16 años después de que Alberto Fujimori huyera y abandonara la presidencia de forma precipitado y viendo como su régimen se desmoronaba.

   *Rogelio Núñez Castellano es investigador Área de Historia del IELAT de la UAH y subdirector de Infolatam. Licenciado en periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Historia de América Latina Contemporánea por el Instituto Universitario Ortega y Gasset.