Actualizado 01/09/2016 12:48

Lo que le espera a una nueva Brasil liderada por Michel Temer

Protestas en Brasil por el 'impeachment'
REUTERS

   BRASILIA, 1 Sep. (Notimérica) -

   El Senado de Brasil aprobó este miércoles la destitución definitiva de Dilma Rousseff como presidenta del país tras un largo proceso de 'impeachment' que terminó con una votación en la que 61 de los 81 senadores apoyaron la salida de la exmandataria del Gobierno brasileño.

   Del mismo modo, Rousseff se salvó de la inhabilitación para ejercer un cargo público durante los próximos ocho años después de una segunda votación en la que 42 senadores se mostraron a favor de la invalidación, 36 en contra y otros tres se abstuvieron. Para que Dilma fuera inhabilitada habría sido necesario el voto positivo de al menos dos tercios de la Cámara.

La decisión, pronosticada por varios analistas y anunciada de antemano por medios nacionales como el diario 'Folha de Sao Paulo', no pilló de imprevisto a Rousseff.

"Dilma es una mujer fuerte, guerrera; tiene su conciencia tranquila, la claridad de que los hechos que le imputaron no son verdaderos crímenes y muchísimo coraje de decírselo a los senadores que la hundieron, personalmente y mirándolos a los ojos. Ella sale de ese proceso con su cabeza erguida", aseguró el abogado de la líder brasileña, José Eduardo Cardozo, momentos antes de conocer la decisión final, según reportó 'El Colombiano'.

   Con esa actitud de entereza, Rousseff deja el poder más de dos años antes de que termine su segundo mandato, para el cual fue elegida en los comicios de 2014.

   Contra su voluntad, la mandataria apartada le pasó el relevo al que fuera su vicepresidente, Michel Temer, quien está a la cabeza del Gobierno del país desde el pasado 12 de mayo, cuando Rousseff fue suspendida temporalmente.

   Temer comienza su periodo como presidente pleno con una aprobación de apenas un 13 por ciento, según un sondeo de Ibope. Además, en los últimos meses, el rechazo a la gestión de su Gobierno pasó del 38 por ciento en junio al 41 por ciento en agosto.

   A su baja impopularidad se suma la crisis económica, social y política del estado sudamericano. "Brasil vive su peor recesión en 30 años. Se espera una caída del Producto Interior Bruto (PIB) de 3,1 por ciento para este año; el desempleo alcanza al 11,2 por ciento de la población; la inflación tocó los dos dígitos a finales de 201 y principios de 2016 y el déficit fiscal supera los 45.000 millones de dólares", comentó el analista internacional de la Universidad de Chile Emilio Ugarte a '24 horas Chile'.

   "Sin embargo, llama la atención que sean los temas de Dilma y de Lula los que lleguen tan lejos, mientras quedan en segundo plano la corrupción", reflexionó el experto.

   En este misma línea se expresó el académico de Ciencias Políticas de la Universidad Católica Matías López, quien aseguró que "no va a hacer gracia que el país más importante de la región tenga un presidente no elegido".

   "El mensaje de la democracia más grande de América Latina es pésimo. Se confirma la regla de que la ley de 'impeachment' se puede usar para cambiar un Gobierno impopular sin pasar por un proceso popular", agregó López.

   La destitución de Rousseff significa también la salida del poder del Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó el país desde 2003 con su máximo líder, Luis Inácio 'Lula' da Silva, y su sucesora, Rousseff.

   Así, según el diario 'Folha de Sao Paulo', el líder del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) se enfrentaría ahora a tres grandes desafíos: la aprobación de un techo del gasto del Gobierno, la necesidad de impulsar la reforma que subiría de 54 a 65 años la edad mínima para jubilarse y la flexibilización de la ley laboral.

"Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño y sostener la unión, la integridad y la independencia de Brasil", aseguró Temer en la toma de posesión, con las manos sobre la Carta Magna.

   Ya desde el Palacio de Planalto, del cual retiraron este miércoles los retratos de la destituida Rousseff, Temer deberá esforzarse por mejorar su imagen de cara al pueblo brasileño y la comunidad internacional.

   Por el momento, el nuevo presidente, ya de pleno derecho, se dirigirá a China para participar en la cumbre del G20 que se celebrará entre el 4 y el 5 de septiembre en Hangzhou.