BRUSELAS, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha calificado de"rápida" y "robusta" la respuesta del bloque europeo ante las explosiones que se produjeron hace una semana en el puerto de Beirut y ha asegurado que las demandas de la ciudadanía libanesa deben ser escuchadas y se tienen que acometer las reformas políticas y financieras necesarias.
En un artículo publicado en su blog personal, el jefe de la diplomacia considera que las protestas en Líbano son una "llamada de atención" no solo para las autoridades locales sino para toda la comunidad internacional. "Debemos escucharlas. Ahora deben seguir pasos concretos y valientes, sino será imposible restaurar la confianza, que es un requisito para cualquier proceso de reforma significativo", ha analizado.
En este sentido, ha insistido en que la tragedia que ha dejado más de 200 muertos y 7.000 heridos debe ser un "punto de inflexión" para Líbano.
El país y la región, según Borrell, no se pueden permitir que el descontento tras la grave explosión se encauce de manera violenta y provoque más desunión e inestabilidad. Este lunes el primer ministro, Hasán Diab, anunció la dimisión en bloque del Gobierno afirmando que "acata la demanda de la población por un cambio real".
Con todo, el Alto Representante ha defendido la "robusta" respuesta de la UE ante la tragedia, reiterando que ha puesto en marcha medidas de apoyo como la activación del Centro de Coordinación de Emergencias para organizar los esfuerzos de los socios comunitarios. Al igual que los 250 trabajadores de rescate europeos que se encuentran en suelo libanés o los cientos de toneladas de ayuda humanitaria que ha ofrecido el bloque.
A su vez, ha hecho hincapié en que un gobierno transparente debe asegurar que las ayudas internacionales tras la tragedia se canalizan correctamente a través de las ONG y llegan a la población más vulnerable.
Por todo ello, Borrell pide trabajar en la reconstrucción a largo plazo y en la estabilización y desarrollo del país. "Los libaneses quieren ver reformas sustanciales en el sistema político y financiero. Quieren ver que la lucha contra la impunidad y la corrupción sea una prioridad", ha zanjado, reiterando que el cambio debe ser endógeno y ser el fruto de la colaboración de las élites libanesas con el conjunto de la sociedad.