Actualizado 03/07/2009 09:14

Lieberman de Israel dice no "ahogará" asentamientos

Por Allyn Fisher-Ilan

SHEFARAM, Israel (Reuters/EP) - El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, criticó una campaña encabezada por Estados Unidos para detener la construcción de asentamientos, llamándola "desproporcionada", durante una inusual visita a una localidad israelí-arabe.

Lieberman asumió un tono más duro que otros en el Gobierno derechista de Israel, respondiendo a las demandas de Washington de que su país detenga la construcción de asentamientos en tierra cisjordana capturada en la guerra de 1967.

El funcionario ultranacionalista citó las preocupaciones acerca de las últimas pruebas con misiles de Corea del Norte y una disputada elección en Irán, un país acusado de desarrollar un programa nuclear para propósitos militares, aunque Teherán dice que es para generar electricidad.

"¿Las cosas no se han vuelto desproporcionadas?", dijo Lieberman. "Creo que deberíamos poner la situación en perspectiva", agregó.

"No podemos aceptar que asfixiemos a esas personas con nuestras propias manos, al no permitirles una vida normal como la de cualquier otro", dijo Lieberman respecto a los colonos, que son unos 500.000 en un territorio que también alberga a tres millones de palestinos.

Lieberman, quien es un colono, también se mostró en desacuerdo con los comentarios emitidos el martes por la canciller alemana Angela Merkel al Parlamento de su país, donde indicó que "debe detenerse" la construcción de asentamientos.

Los llamados de Washington a favor de la detención total de la construcción de asentamientos en tierra que los palestinos buscan para un Estado abrió la división más seria en una década en las relaciones entre Estados Unidos e Israel.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, también insiste en detener la actividad de asentamientos antes de que puedan reanudarse las negociaciones de paz.

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, sugirió el miércoles que Israel podría considerar una moratoria a la construcción de asentamientos, pero a condición de que los estados árabes sean convencidos de normalizar lazos con el Estado judío.

Acusado por algunos israelíes árabes de ser racista por cuestionar su lealtad al Estado judío, Lieberman visitó un bastión inusual de apoyo en un vecindario druso en Shefaram, una gran ciudad árabe en la zona de Galilea, en el norte de Israel.

A diferencia de los musulmanes y gran parte de los ciudadanos cristianos árabes, la mayoría de los drusos sirven en el Ejército de Israel.

Los árabes israelíes, cerca de un quinto de la población del país, descienden de palestinos que permanecieron en lo que ahora es Israel cuando cientos de miles de otros huyeron o fueron expulsados durante una guerra por la creación del Estado judío.

Lieberman prometió ayudar a los drusos a resolver una deuda de su gobierno local y a crear más empleos, pese a recortes del presupuesto estatal.

Su partido, Yisrael Beitenu, se convirtió en el tercer más votado de Israel en las elecciones de febrero, debido en parte al apoyo de la comunidad drusa.