Actualizado 16/03/2015 10:29

Marina Silva considera que la destitución de Rousseff "no es la solución"

Dilma Rousseff y Marina Silva
Foto: RICARDO MORAES / REUTERS

MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

   La excandidata a la presidencia brasileña Marina Silva, que quedó en tercer lugar en las elecciones de octubre, ha afirmado que la destitución de la presidenta, Dilma Rousseff, "no es la solución" para poner fin al país, ante el aumento de protestas por el escándalo de Petrobras que piden la dimisión de la mandataria.

   Un día antes de que tengan lugar numerosas manifestaciones antigubernamentales por todo el país, Silva ha afirmado que "esta no es la solución" mediante un artículo publicado en su página web. "El resultado puede ser la profundización en el caos", ha advertido.

   "Mucha gente ha salido a la calle a protestar Hay una campaña que pide la destitución de la presidenta, elegida hace unos meses. Entiendo la indignación y la rebelión, pero no creo que sea la solución", ha afirmado Silva.

   La que fuese candidata a la Presidencia por el Partido Socialista de Brasil (PSDB) en sustitución del fallecido Eduardo Campos ha lamentado la existencia de una oposición "dominada por la lógica partidista y el deseo de debilitar al Gobierno".

RESPETO AL GOBIERNO

   En este sentido, Silva ha indicado que debe existir un periodo inicial en todo Gobierno para que pueda dar explicaciones. La política ha asegurado que la imputación de Rousseff en el caso Petrobras sería un castigo para todo el Partido de los Trabajadores.

   Esta opción, ha opinado Silva, correspondería a la norma establecida por el propio Partido de los Trabajadores de Rousseff de gritar 'fuera' a cualquier Ejecutivo "con o sin evidencia de la existencia de corrupción".

   La opositora ha considerado que tanto la situación de la presidenta como la crisis política que atraviesa el país deben ser consideradas "en el corazón" de la población, algo que solo puede hacerse "con tranquilidad".

ROUSSEFF: "ABSOLUTA TRANQUILIDAD"

   Para este domingo hay convocadas numerosas marchas a las que se han sumado tanto organizaciones civiles como formaciones opositoras. La situación refleja el malestar social hacia el Ejecutivo, debilitado por los escándalos y los malos datos económicos.

   Por su parte, la mandataria ha asegurado recibir con "absoluta tranquilidad" estas protestas, subrayando que las manifestaciones forman parte del juego democrático.