Actualizado 29/06/2009 20:57

Matrimonio Kirchner sufre gran derrota en Argentina

Por Guido Nejamkis

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - La mandataria argentina, Cristina Fernández, y su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, sufrieron una gran derrota en la elección de mitad de mandato y perderán el control del Congreso, mientras la oposición alista postulantes para ganar la presidencia del país en el 2011.

El revés de la facción peronista que gobierna Argentina desde el 2003 con estilo áspero y políticas intervencionistas impulsaba el lunes el peso, las acciones y los bonos del país, y el Gobierno reconocía un nuevo marco político que lo obligará a negociar, y no imponer, la aprobación de su agenda.

El revés más duro para el peronismo gobernante se dio en la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, donde Kirchner, que se postuló para diputado, sacó menos votos que Francisco De Narváez, empresario y peronista disidente.

Tras su sorprendente victoria, el empresario pidió a Fernández, a cargo de una problemática presidencia oscurecida por la influencia de su esposo, que "asuma el rol protagónico que nunca debió dejar".

El traspié podría dejar a Kirchner, que gobernó férreamente Argentina entre el 2003 y el 2007, fuera de la carrera para las próximas presidenciales marcadas para el 2011.

El ex mandatario, considerado por muchos como quien ostenta el poder real en el Gobierno de su esposa, reconoció la derrota con un inusual tono conciliador y dijo que el país tiene un nuevo marco político.

Una fuente del Gobierno que pidió el anonimato dijo que Fernández, quien hablará en la tarde del lunes en la Casa de Gobierno, reemplazará a varios ministros tras los resultados de los comicios del domingo. Medios locales reportaron la renuncia de la ministra de Salud, Graciela Ocaña, en medio de la propagación de la influenza H1N1.

El Gobierno había apostado fuerte a conseguir una holgada victoria en Buenos Aires, pero acabó perdiendo esa provincia, la más poblada del país, además de otros grandes distritos como Córdoba, Santa Fe, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mendoza y hasta la patagónica Santa Cruz, cuna política de Kirchner y su cónyuge.

"La falta de quórum propio en ambas cámaras (...) obligará al oficialismo a diseñar estrategias parlamentarias de alianzas", dijo el analista político y encuestador Artemio López, de la empresa Equis.

Contando los votos de las 24 provincias argentinas, los candidatos oficialistas obtuvieron alrededor de 34 por ciento, muy lejos del 66 por ciento de la oposición.

"Queremos sentarnos en una mesa con ella (Fernández) y con su gabinete para colaborar", dijo un eufórico De Narváez, quien pidió cambios en el cerrado estilo de gestión de la presidenta.

Para el analista Rosendo Fraga, "gobernar sin el Congreso no es fácil, éste va a ser el gran desafío del oficialismo. Las dos veces que un Gobierno perdió el control del Congreso fue una situación de gobernabilidad difícil".

El resultado de la elección disparó la compra de activos argentinos y los bonos, la moneda y las acciones del país registraban un avance.

"El resultado electoral es bueno porque debería marcar un cambio (en la gestión de Gobierno). Lo que necesitamos es confianza y que vengan capitales del exterior", dijo Rodolfo Rossi, un ex presidente del Banco Central de Argentina.

NUEVO CONGRESO, CANDIDATOS

El Acuerdo Cívico y Social, una fuerza de centro, se convirtió en la mayor agrupación opositora no peronista y tendrá el principal bloque de diputados a nivel nacional.

Carlos Reutemann, ex piloto de Fórmula Uno que desafió al candidato oficialista en Santa Fe, fue otro de los triunfadores y aparece en el horizonte como presidenciable por el peronismo, en el que el liderazgo de Kirchner quedó frágil.

Casi 28 millones de argentinos estuvieron habilitados en las elecciones que renovaron la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.

"Se acaba la hegemonía, regresa el diálogo", dijo Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente Raúl Alfonsín y candidato a diputado del Acuerdo Cívico y Social.

En tanto, la agrupación política apoyada por el vicepresidente de la Nación, el radical Julio Cobos, devenido en opositor, arrasó en Mendoza, lo que dio sustento a sus pretensiones presidenciales.

En la Ciudad de Buenos Aires, capital del país, se impuso el PRO, fuerza que lidera el alcalde Mauricio Macri, aliado de De Narváez y quien también se proyecta como una figura a disputar el poder en las próximas presidenciales del 2011.

La nueva legislatura asumirá en diciembre del 2009.