Actualizado 01/12/2014 21:03

Peña Nieto: sus dos años como presidente y sus mayores crisis de Gobierno

Enrique Pena Nieto durante un mitin
Foto: REUTERS

MÉXICO DF, 1 Dic. (Notimérica) -

   Enrique Peña Nieto llegó a la presidencia del país el 1 de diciembre de 2012 con la intención de "transformar México", o al menos eso decía el eslogan de un mandatario que dos años después de entrar en Los Pinos ha tenido que sortear numerosos escándalos y crisis de Gobierno como a la que se enfrenta en la actualidad con la desaparición de los 43 'normalistas' de Ayotzinapa.

   Llegó al poder prometiendo grandes reformas estructurales "para construir un nuevo México", enfatizando su intención de modernizar el país, gracias a medidas como la liberalización de la industria petrolera, hasta ahora en manos de la empresa estatal Pemex.

   Su principal apuesta para ganar las elecciones fue centrar el discurso en el desarrollo económico y social de México, a diferencia de su antecesor Felipe Calderón que mantuvo el narcotráfico como el principal tema de su gestión.

   Y de hecho, su política contra el crimen organizado y el tráfico de drogas logró grandes éxitos al conseguir detener al líder del narcotráfico más buscado de los últimos tiempos, Joaquín 'El Chapo' Guzmán, al del cártel del Golgo, Mario Armando Ramírez Treviño, a uno de los hombres más destacados de la organización criminal Caballeros Templarios, Heliodoro Moreno Anguiano, así como el segundo en el escalafón de poder del cártel de Jalisco Nueva Generación, Rubén Osguera González.

   Sin embargo, el pasado 26 de septiembre la gestión que Peña Nieto había hecho del narcotráfico se desplomaba por los suelos con la desaparición de 43 'normalistas' y el asesinato de seis personas, tras haber sido capturados por la Policía Municipal de Iguala.

DOS MATANZAS CONTRA CIVILES.

   Un tema que ha evidenciado la falta de seguridad y la enorme impunidad que se da en el país desde hace ya décadas, y que ha provocado innumerables críticas a la gestión del presidente, al que se le acusa de falta de interés en garantizar la seguridad de la nación. De hecho, los mexicanos han señalado al Estado como culpable de la matanza de Iguala en la numerosas manifestaciones que en los últimos dos meses se han celebrado en todo el país.

   Además, la desaparición de los 43 'normalistas' de Ayotiznapa ha coincidido en el tiempo con el esclarecimiento del caso Tlatlaya en el que murieron 22 civiles, tras ser tiroteados por el Ejército. Pese a que los militares aseguraron que dispararon contra miembros de una organización criminal, se ha demostrado que dos de las mujeres supervivientes no son sospechosas de haber cometido ningún delito.

   Dos casos que ponen de manifiesto la grave situación de violencia por la que atraviesan ciertas zonas del país y que han alterado la agenda política de un presidente, al que parecen lloverle los escándalos en los últimos meses.

LA POLÉMICA 'CASA BLANCA'.

   También en los últimos meses, Peña Nieto ha tenido que hacer frente a la polémica por la conocida como la 'Casa Blanca' del presidente. Tras una investigación periodística, se descubrió que el mandatario poseía junto a su mujer, Angélica Rivera, una espectacular mansión valorada en siete millones de dólares, que, sin embargo, se encontraba a nombre de una empresa beneficiaria de numerosos concursos públicos.

   Una vivienda situada en una de las zonas más exclusivas de la capital, Las Lomas de Chapultepec, que, según Enrique Peña Nieto, era propiedad de su esposa, Angélica Rivera. Sin embargo, esta aclaración no calmó la indignación de los mexicanos que todavía se preguntan por qué estaba a nombre de la empresa que había aspirado a conseguir la licitación del tren México-Querétaro, un concurso público que fue anulado por el presidente del país, tras haber resultado ganadora una empresa china.

EL BALBUCEO MÁS SONADO.

   Pero sin duda, uno de los balbuceos más sonados del presidente se produjo hace justo un año, durante el encuentro más destacado de la literatura en español, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en el que Peña Nieto no pudo recordar el título de un solo libro que había leído, con la excepción de La Biblia.

   Un presidente que trata de retomar la agenda política que tenía prevista para México, interrumpida en los últimos meses, ante las continuas crisis de Gobierno a la que se ha tenido que enfrentar. De la gestión que de ellas haga, dependerá que su popularidad aumente hasta la fama o acaba irremediablemente tocada para los cuatro años restantes de mandato.

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