Actualizado 31/10/2012 07:29

Un mexicano se declara culpable de la muerte del agente estadounidense

FÉNIX, 31 Oct. (Reuters/EP) -

   Un mexicano se ha declarado culpable del homicidio en primer grado del agente de la Guardia Fronteriza de Estados Unidos Brian Terry, ocurrido el 14 de diciembre de 2010 en el estado de Arizona. Se trata de la primera declaración de culpabilidad enmarcada en la 'Operación Rápido y Furioso'.

   Según las autoridades federales, Manuel Osorio Arellanes se ha declarado culpable este martes ante un tribunal del distrito de Fénix, tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía para asumir un delito de homicidio en primer grado por la muerte del agente estadounidense.

   La sentencia contra el mexicano se conocerá el próximo 11 de enero. Osorio Arellanes, de 36 años de edad, podría ser condenado a pena de muerte, pero, de acuerdo con fuentes del Ministerio Público, seguramente se quede en cadena perpetua, por virtud del acuerdo.

   Osorio Arellanes es uno de los cinco mexicanos sospechosos de matar a Terry. Al parecer, todos habían cruzado la frontera hacia Estados Unidos para robar a los grupos de narcotraficantes latinoamericanos que venden su mercancía en el país vecino.

   Terry murió en el tiroteo que se desató cuando los mexicanos intentaron entrar en territorio estadounidense. Osorio Arellanes resultó herido, lo que facilitó que fuera detenido esa misma noche por los agentes fronterizos.  

   Las autoridades estadounidenses ofrecieron una recompensa de hasta un millón de dólares (771.687 euros) por cualquier información que condujera a la captura de los otros cuatro sospechosos. Uno fue detenido el pasado mes de septiembre en México y los otros tres siguen huidos.

'RÁPIDO Y FURIOSO'

   La muerte de Terry destapó la 'Operación Rápido y Furioso', que Estados Unidos llevó a cabo entre 2009 y 2010, sin el conocimiento del Gobierno mexicano, para introducir armas en el país iberoamericano, hacer un seguimiento y descubrir los entresijos de las organizaciones criminales. Sin embargo, se perdieron más de 2.000 armas que finalmente acabaron en manos del crimen organizado.

   En el marco de la investigación de la muerte del agente estadounidense se descubrió que dos de las pistolas utilizadas en el tiroteo formaban parte del cargamento introducido por del Departamento de Justicia en México durante 'Rápido y Furioso'.

   La familia de Terry ha reclamado al Gobierno de Estados Unidos una indemnización de 25 millones de dólares (19,3 millones de euros) al considerar que las pistolas que le causaron la muerte llegaron a manos de los criminales mexicanos como consecuencia de una acción deliberada de la Casa Blanca.

   "Estamos muy satisfechos", ha dicho la familia en alusión a la declaración de culpabilidad, al tiempo que ha subrayado que "todavía hay tres fugitivos que, al parecer, están ocultos en México", por lo que ha instado a conseguir su detención.