Publicado 12/12/2014 21:38

México.- La Comisión Nacional de DDHH alerta de que "los hechos oprobiosos de Iguala" se deben a problemas estructurales


MÉXICO DF, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, Luis Raúl González Pérez, ha alertado este viernes de que "los oprobiosos hechos de Iguala y Tlatlaya no son producto de una generación espontánea", sino que "las condiciones que los propiciaron se gestaron paulatinamente desde hace tiempo".

"¿Dónde estaban las instituciones de seguridad que debían prevenir los riesgos y amenazas? ¿Qué hacían las autoridades de los distintos órdenes de gobierno cuando acontecían esos deleznables episodios? ¿Cómo pudimos llegar a tal grado de deterioro social e institucional?", ha dicho en la entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos 2014.

González Pérez ha indicado que "la violencia, la inseguridad, la corrupción y la impunidad, han provocado, además de dolor e indignación, un sentimiento de desconfianza hacia las instituciones, así como una percepción de lejanía e indiferencia en las autoridades ante los reclamos de la sociedad".

"Las manifestaciones son una expresión de hartazgo ante la impunidad, de indignación por la complicidad entre algunas autoridades y delincuentes y de inconformidad por los abusos de poder y la falta de respuesta a las demandas por un país más justo", ha subrayado.

No obstante, ha admitido que "desafortunadamente este derecho legítimo se ha visto afectado por grupos minoritarios violentos, que ante las circunstancias que atravesamos quisieran generar un contexto de ruptura y polarización social".

"La injusticia, la mentira y la violencia, sea cual sea su origen, agreden y debilitan a México. La verdad, el imperio de la ley y el diálogo nos fortalecen como país", ha sostenido, ante el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, según informa 'Milenio'.

CASO IGUALA

Los 'normalistas' llegaron a Iguala el 26 de septiembre para recaudar fondos para viajar a la capital mexicana el 2 de octubre con el fin de participar en la conmemoración de otra matanza, la de Tlatelolco.

Ese día la esposa del alcalde tenía previsto presentar un informe de su labor al frente del Sistema de Desarrollo Integral para la Familia municipal y, ante el temor de que los estudiantes reventaran el acto, como ya había ocurrido en el pasado, el alcalde ordenó a la Policía actuar contra los 'normalistas'.

Policías de Iguala, apoyados por agentes de Cocula, interceptaron a los jóvenes a la entrada del municipio y abrieron fuego, matando a uno de ellos y dando lugar a un enfrentamiento que se saldó con seis muertos y 25 heridos.

Una vez controlada la situación, detuvieron a los 'normalistas' que no consiguieron huir, les condujeron en varios furgones policiales a los límites entre Iguala y Cocula y se los entregaron a Guerreros Unidos.

A partir de ese momento se pierde el rastro de los 43 'normalistas'. Queda ahora el análisis de las cenizas, ya que el de los cadáveres de la veintena de fosas comunes halladas en Iguala y municipios cercanos ha revelado que no son los jóvenes.