Actualizado 14/03/2007 23:18

México/EEUU.- George W. Bush se muestra "optimista" ante la posibilidad de una reforma migratoria integral


MERIDA, (MÉXICO), 14 Mar. (EP/AP) -

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, cerró este miércoles en México su gira por América Latina, donde se manifestó "optimista" ante la posibilidad de que el Congreso de su país apruebe una reforma migratoria integral y se comprometió con su colega mexicano Felipe Calderón a fortalecer el combate al consumo de drogas en su territorio.

Bush dijo que es partidario de impulsar una reforma que encuentre un punto intermedio entre la amnistía que permita la ciudadanía automática a los indocumentados y la expulsión de los inmigrantes en Estados Unidos.

"No quiero predecir éxitos legislativos, pero puedo hablar de mi estado de ánimo, y mi estado de ánimo es optimista porque el estado de ánimo en el Congreso (estadounidense) parece que ha pasado del escepticismo del año pasado a reconocer que tener una ley integral será del interés de la nación", sostuvo el mandatario en rueda de prensa conjunta con Calderón, en la última actividad de su visita de dos días a México.

"Pienso que podemos encontrar una vía razonable en algún lugar entre la ciudadanía automática y el echar a las personas del país", añadió.

Mientras hablaba con la prensa manifestantes marcharon por las calles de esta ciudad para oponerse a su presencia. Los manifestantes demandaron al presidente norteamericano que ponga fin a la guerra, en una movilización que terminó con serios enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

El presidente estadounidense dijo que trabajará con el Congreso para tener una reforma respetuosa del estado de derecho y "humana".

"No me gusta apostar porque cuando apuesto normalmente pierdo, pero soy un hombre optimista en este caso sobre la reforma integral", enfatizó.

Calderón reconoció los esfuerzos de Bush a favor de la reforma migratoria integral y, como en ocasiones anteriores, dijo que México hace su parte al buscar generar las condiciones económicas necesarias para que los mexicanos no tengan que emigrar a Estados Unidos.

"Las fronteras deben unirnos y no separarnos", dijo el presidente mexicano, quien calificó de "fructífero" el encuentro con su par estadounidense y consideró que a partir de ahora se dará una nueva etapa en la relación entre ambos países.

El mandatario de México, quien dijo que se estudia la posibilidad de abrir nuevos cruces fronterizos en los límites entre ambos países, destacó que él tiene familiares en Estados Unidos a los que hace tiempo no ha visto, pero que probablemente hace parte de aquellos que recogen los vegetales que comen los estadounidenses.

Cada año cruzan la frontera unos 400 mil mexicanos a Estados Unidos, donde viven ya más de 11 millones de ciudadanos de este país.

Junto con la migración, el tema del tráfico de drogas marcó la agenda de la reunión entre ambos presidentes que se comprometieron a mejorar la cooperación en la materia.

Bush elogió el esfuerzo que hace el gobierno de Calderón para combatir el narcotráfico en México, al tiempo que reconoció que su país debe poner más empeño para reducir el consumo de drogas pues mientras haya demanda habrá oferta.

México es un punto de paso de estupefacientes a Estados Unidos y Calderón ha lanzado mega operativos con miles de soldados para combatir la violencia derivada de las luchas entre carteles por el control de rutas. Además, ha extraditado a importantes capos de la droga.

El presidente de Estados Unidos concluyó en México una visita por Latinoamérica que incluyó le llevó previamente a Brasil, Uruguay, Colombia y Guatemala.

Bush, sin embargo, evadió una pregunta sobre si encontró un aliado contra Chávez en Calderón y se limitó a decir que con su colega mexicano se centró en hablar de "la democracia, en el imperio de la ley, en la prosperidad (y) en cómo mejorar las vidas de nuestros conciudadanos".

Sin mencionar a Chávez, señaló que una de las razones por las que viajó a América Latina es "para recordarle a la gente en esta parte importante del mundo, que Estados Unidos se preocupa mucho por la condición humana".

Calderón reiteró por su parte que busca jugar un papel de equilibrio y liderazgo en Latinoamérica por "convicción" propia y no como parte de una estrategia de Estados Unidos.

"México es respetuoso de lo que opine el jefe de Estado en Venezuela o el jefe de Estado en Estados Unidos", concluyó Bush antes de partir de vuelta a Estados Unidos, poco antes del mediodía.