Actualizado 15/05/2006 23:30

México/EEUU.- México considera que el envío de soldados de EEUU a la frontera no es el modo de resolver la inmigración

MEXICO, 15 May. (EP/AP) -

La propuesta del presidente estadounidense, George W. Bush, de enviar soldados de la Guardia Nacional --unos 10.000 hombres-- a la frontera, no representa una amenaza a las relaciones bilaterales, pero no es la forma de resolver los problemas de la inmigración ilegal, consideró hoy el portavoz presidencial mexicano, Rubén Aguilar.

Según Aguilar, los consulados de México en Estados Unidos no tomarán medidas extraordinarias en respuesta a esa decisión porque "nuestras embajadas y consulados en todo momento trabajan para salvaguardar los derechos de los inmigrantes".

El presidente mexicano, Vicente Fox, llamó por teléfono ayer a Bush para manifestarle su preocupación por el plan, que busca lograr el apoyo de los sectores más conservadores a una reforma de inmigración en Estados Unidos. Fox reiteró la posición que mantiene desde hace tiempo de que la manera de frenar la inmigración ilegal es con una solución amplia, dijo Aguilar.

Ambos coincidieron en que tiene que ser una acción conjunta de los dos países, indicó. "Bush señaló que él está de acuerdo en que el problema migratorio sólo puede ser resuelto de una manera integral", afirmo Aguilar, precisando que el presidente estadounidense "habla de una reforma comprensiva".

"Hay un acuerdo entre los dos mandatarios en que el problema sólo puede ser resuelto en esta dinámica. También que todos los problemas de la frontera son problemas compartidos y la solución corresponde a ambos países en una acción conjunta".

Mientras tanto, la medida no representa una amenaza para las relaciones bilaterales, dijo Aguilar y agregó que Bush expresó a Fox que Estados Unidos le considera "un socio y un amigo". México se opone con firmeza a que los asuntos de inmigración recaigan sobre las fuerzas de seguridad, afirmó Aguilar, que no obstante admitió que "es una decisión de soberanía. No podemos intervenir".

Desde que comenzó su mandato en el 2000, Fox ha alentado una reforma de inmigración y la legalización de unos 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, cerca de la mitad de ellos mexicanos.

Un acuerdo representaría una importante victoria política durante las disputadas elecciones presidenciales. La ley mexicana impide que los presidentes sean reelegidos, y el candidato del partido gobernante, Felipe Calderón, mantiene una fuerte rivalidad en las encuestas con el ex alcalde izquierdista de la ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador.

La mayoría de los indocumentados mexicanos llegan a Estados Unidos ilegalmente, infiltrándose por la frontera de 3.220 kilómetros que comparten ambos países. La patrulla fronteriza, integrada por unos 12.000 hombres, se ha quejado de que necesita más personal para frenar la inmigración ilegal, especialmente en el desierto de Sonora, donde miles de emigrantes buscan infiltrarse.

Los políticos estadounidenses también han advertido sobre la posibilidad de que terroristas se mezclen entre los emigrantes, pero hasta ahora no se han encontrado evidencias de que eso esté sucediendo.