MÉXICO D.F, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Después de meses de discusiones y de críticas hasta en el último momento, el Parlamento mexicano dio luz verde ayer por mayoría los siete dictámenes que integran la reforma energética que ya había sido aprobada por el Senado y que, ahora, sólo depende de su envío al Ejecutivo para su publicación.
Tras rechazar las reservas de varios artículos sobre la ley, los diputados aprobaron por mayoría la totalidad de los siete dictámenes que integran la reforma, que ya había sido ratificada por el Senado de la República y que será enviada al Ejecutivo federal para su publicación.
La nueva normativa permitirá mayor participación del sector privado en la industria petrolera estatal, para intentar frenar la caída de la producción de crudo, la principal fuente de ingresos del país. De esta forma, se aprobaron los siete dictámenes, incluido el que generaba mayores discrepancias y que establece reglas para que las empresas privadas realicen trabajos de exploración y extracción mediante contratos incentivados.
PROTESTAS
La oposición ve en esta nueva ley un intento del presidente, Felipe Calderón, de privatizar a la petrolera estatal Pemex. Por ello, los siete dictámenes fueron aprobados sólo con los votos del oficialista Partido Acción Nacional (PAN) y del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), junto a una mayoría del también opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Sin embargo, parte de la representación de este última formación se unió a una treintena de legisladores que tomaron la tribuna como señal explícita de protesta. Una vez concluida la última votación, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara baja dio por terminada la sesión y, con su fin, en torno a 30 legisladores desalojaron la tribuna y sus inmediaciones, que mantuvieron tomada durante más de siete horas.