Actualizado 30/06/2012 15:05

Peña Nieto busca devolver el poder al PRI después de doce años en la oposición

Enrique Peña Nieto
EP/PRI


MÉXICO DF, 30 Jun. (Reuters/EP) -

Joven, elegante y capaz de desatar entre las mexicanas la euforia típica de un cantante famoso, Enrique Peña Nieto podría devolver el poder al controvertido Partido Revolucionario Institucional (PRI), que por muchos años ha sido visto como el culpable de todos los males de México.

El PRI, que el escritor peruano Mario Vargas Llosa describió como "la dictadura perfecta", timoneó el país durante 71 años seguidos hasta el año 2000, cuando la población lo castigó en las urnas hastiada de los escándalos de corrupción y el autoritarismo, y se decantó por el todavía gobernante Partido Acción Nacional (PAN).

Pero todo indica que el ángel de Peña logrará que los mexicanos --cansados de la violencia del narcotráfico en los últimos seis años y la falta de empleo-- perdonen al PRI y le den de nuevo un voto de confianza.

La campaña se centró en su figura. El exgobernador de 45 años no lanzó al ruedo propuestas realmente novedosas para atacar los principales problemas de la nación de 112 millones de habitantes, como la seguridad pública y el bajo crecimiento económico.

Pero puso en práctica la misma fórmula que usó cuando fue gobernador del populoso estado de México (2005-2011): firmar ante notario sus compromisos, con lo que consolidó una imagen de funcionario confiable.

"Tú me conoces, y sabes que lo voy a cumplir", repitió Peña Nieto en la propaganda que inundó los medios de comunicación durante los 90 días de campaña.

El PAN desafió su estilo y aseguró que muchas obras en el estado de México quedaron inconclusas o eran pequeñas tareas normales de cualquier municipio ampliamente promocionadas con dinero público.

Sus adversarios y algunos medios de comunicación llegan a decir que es un "producto de mercadotecnia", un galán de telenovelas impuesto por la poderosa cadena Televisa y que una de las bases del plan fue su matrimonio en el año 2010 con una de las estrellas de la cadena, la popular actriz Angélica Rivera.

Pero nada hizo mella en su popularidad, ni la revelación de infidelidades, ni los dos hijos que tuvo con amantes durante su primer matrimonio, ni siquiera un amplio movimiento estudiantil que se declaró "anti-Peña" y organizó marchas en su contra.

En la mayoría de las encuestas está muy por encima de sus dos principales rivales: Andrés Manuel López Obrador, de una alianza de izquierda liderada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Josefina Vázquez Mota, abanderada del PAN.

EJECUTIVO

Siempre peinado con gomina, flequillo levantado y vestido de punta en blanco, sus cercanos definen a Peña Nieto como un jugador de equipo y buen gerente, que ha sabido rodearse de gente competente.

Declarado como un pragmático que le gustan los resultados y no las ideologías, Peña Nieto dijo en una oportunidad que de ser presidente impulsará una mayor apertura a los capitales privados en la estatal petrolera Pemex, considerada la vaca sagrada de la economía mexicana, en una reforma que primero debería vencer resistencia dentro de su propio partido.

Pero sus raíces lo persiguen. Peña se formó políticamente en lo que analistas llaman el 'Grupo Atlacomulco', visto como parte de la vieja guardia del PRI, a menudo caricaturizada como un dinosaurio de pesada cola que manejó los hilos de muchas administraciones priístas.

El 'Grupo Atlacomulco', cuya existencia niegan líderes del partido, está integrado supuestamente por ex gobernadores del estado de México que nacieron en el pueblo de Atlacomulco y que funciona como una suerte de familia muy unida.

A su alrededor se han tejido oscuras historias de corrupción y se dice que una adivina del pueblo predijo que de allí saldrían seis gobernadores y uno de ellos llegaría a presidente.

Hasta ahora ninguno lo ha logrado, pero Peña es el séptimo gobernador de Atlacomulco, según el libro 'Negocios de familia', de Francisco Cruz y Jorge Toribio Montiel.

EL LUIS MIGUEL DE LA POLÍTICA

Durante la campaña, sus rivales le recordaron que su carrera política, que transcurrió en la administración pública y el Congreso del estado de México, se desarrolló bajo la égida del exgobernador Arturo Montiel, acusado de enriquecimiento ilícito al final de su mandato y de quien Peña Nieto fue su sucesor.

Pero la sombra de Montiel, o las revelaciones de presuntos vínculos con el narcotráfico de gobernadores priístas como Tomás Yarrington, a quien Estados Unidos le congeló sus bienes, tampoco lograron dañar su imagen.

"Juntos vamos a dejar atrás las prácticas de la vieja política", prometió el domingo en un multitudinario acto en el estadio Azteca de Ciudad de México, intentando ahuyentar los fantasmas de corrupción y autoritarismo que pesan sobre el PRI.

Hay quienes lo llaman el "Luis Miguel" de la política por su aspecto de galán y porque en los actos públicos muchas de sus simpatizantes pierden la cabeza por él. Peña Nieto se deja abrazar, besar y tomar fotos por todas.

Durante su campaña a gobernador en 2005, llegaron a gritarle "¡Enrique, bombón, contigo hasta el colchón!" y, cual cantante, tuvo clubes de fans por todo el país que fueron impulsados por su primera esposa, Mónica Pretelini.

"¿Por qué Peña? Pues porque está joven y tiene verdaderamente ganas de hacer algo por el país", dijo en un mitin Esmeralda Cruz, una empleada de 37 años, resumiendo la fe de muchos en el joven candidato en un país de profundas desigualdades sociales donde casi la mitad de la población vive en la pobreza.