Actualizado 28/06/2009 21:25

Militares deponen a presidente de Honduras

Por Mica Rosenberg y Gustavo Palencia

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - El Ejercito hondureño derrocó el domingo al presidente Manuel Zelaya por sus intentos para lograr su reelección y lo llevó por la fuerza a Costa Rica, mientras que líderes de América Latina y Europa exigieron el reestablecimiento del mandatario en el poder.

Soldados sacaron a Zelaya, un aliado del presidente venezolano Hugo Chávez, a primera hora de la mañana de la residencia presidencial para ponerlo en un avión que lo dejó San José, la capital costarricense.

El golpe de Estado, el primero en América Central desde la Guerra Fría, despertó la preocupación en el mundo.

El mandatario estadounidense, Barack Obama, llamó a respetar la democracia en Honduras, la Unión Europea exhortó a que se restituya a Zelaya y el presidente Chávez dijo que con sus aliados latinoamericanos el "golpe troglodita" sería abortado.

"A mí me despertaron los balazos, yo salí prácticamente en ropa de dormir", dijo Zelaya por la cadena televisiva Telesur, asegurando que los militares lo llevaron a amenazado de muerte y semidesnudo a Costa Rica.

El mandatario acusó a "seis o siete personas" de la elite económica de estar detrás de la destitución.

El Ejército derrocó a Zelaya luego de que éste despidiera la semana pasada al jefe del Estado Mayor porque se negó a ayudarle a organizar una consulta popular -declarada ilegal por la Justicia- sobre la posibilidad de extender el mandato presidencial de cuatro años.

Los intentos de hacer la consulta hicieron pedazos la estabilidad política que el empobrecido país mantenía desde fines de la dictadura militar a principios de 1980 y dividieron a las instituciones de Honduras.

La Corte Suprema ordenó la semana pasada a Zelaya la restitución del jefe del Estado Mayor, general Romeo Vásquez, algo que el presidente consideró era un intento de "golpe" en su contra.

Un legislador opositor dijo que el Congreso hondureño podría votar al titular del Congreso, Roberto Micheletti, como presidente interino.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió la inmediata restitución de Zelaya, en tanto que su par argentino, Cristina Fernández, dijo que exigirá el cumplimiento de la Carta Democrática de la OEA.

"El Gobierno brasileño condena de forma vehemente la acción militar que resultó en la salida del presidente de Honduras", dijo en un comunicado el Ministerio de las Relaciones Exteriores de Brasil.

El mandatario hondureño, que según las encuestas vio una caída en su apoyo hasta un nivel del 30 por ciento, convocó desde Costa Rica a sus partidarios a realizar una resistencia pacífica a los "agresores de la democracia".

En Tegucigalpa, la policía lanzó gases lacrimógenos contra simpatizantes de Zelaya que se manifestaban en el centro de ciudad, según una radio local, y el canal de televisión oficialista dejó de transmitir.

Dos aviones de guerra zurcaron los cielos de la capital el domingo y militares con equipamiento de combate rodeaban la residencia del mandatario, mientras no había servicio de electricidad en algunas partes de la ciudad.

La Organización de Estados Americanos (OEA) comenzó este domingo una sesión extraordinaria para tratar el tema de Honduras.

La nación, de 7 millones de habitantes, es uno de los países más pobres del continente y su economía -dependiente de las remesas, las exportaciones de café y los textiles- ha sido duramente castigada por la crisis económica.

(Con reporte adicional de Enrique Andrés Pretel en Caracas, Armando Tovar en Ciudad de México, Guido Nejamkis en Buenos Aires)