Actualizado 09/07/2009 19:25

Ministro dictadura llega a Bolivia deportado de EEUU

Por Carlos Alberto Quiroga

LA PAZ (Reuters/EP) - Luis Arce Gómez, un ex ministro clave de una cruenta dictadura de la década de 1980, llegó el jueves a Bolivia deportado desde Estados Unidos, en un hecho que podría aliviar tensiones diplomáticas entre La Paz y Washington.

La llegada del ex ministro del Interior de la dictadura de Luis García Meza alentó al Gobierno izquierdista de Evo Morales a renovar su pedido de extradición, también desde Estados Unidos, del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, para que enfrente un juicio por genocidio y delitos económicos.

Arce Gómez fue recluido poco después de las 7:00 hora local (1100 GMT) en la cárcel altiplánica de Chonchocoro, a unos 20 kilómetros al oeste de La Paz, donde compartirá con García Meza una condena de 30 años por genocidio y traición a la patria.

El indígena Morales, habitualmente duro crítico del Gobierno y la justicia estadounidenses, aplaudió la repatriación del "ministro de la cocaína" y postuló el restablecimiento de amplias relaciones con Washington, aunque advirtió que veía todavía signos de "intromisión".

"Primero (quiero) reconocer y saludar el trabajo de la justicia de Estados Unidos en deportar a Luis Arce Gómez, hoy es un día histórico para los derechos humanos, de mucha importancia para hacer una profunda reflexión sobre las dictaduras", dijo el mandatario en conferencia de prensa.

Arce Gómez pasó los últimos 20 años en Estados Unidos, donde cumplió una condena por narcotráfico y trató inútilmente de evitar su deportación a Bolivia, donde la Corte Suprema lo condenó en 1993 junto con García Meza y otros 43 miembros de una dictadura de 13 meses a la que se responsabilizó por decenas de asesinatos políticos y delitos económicos.

MOMENTO CLAVE

La deportación del ex coronel de ejército Arce Gómez fue ordenada el miércoles por una jueza del estado de Florida, mientras delegaciones de Bolivia y Estados Unidos preparaban una nueva ronda de conversaciones sobre una normalización de relaciones tras una mutua expulsión de embajadores.

Morales -un estrecho aliado del líder izquierdista venezolano Hugo Chávez, que echó en septiembre del año pasado al embajador estadounidense acusándolo de alentar una subversión derechista desde regiones de tierras bajas- dijo que Washington podía hacer otro gesto, entregando a Sánchez de Lozada.

"No hay razón de justicia internacional para evitar la extradición de Sánchez de Lozada", dijo en en referencia al ex presidente neoliberal caído en el 2003 tras una ola de violentas protestas sociales y refugiado desde entonces en Estados Unidos.

"Esperamos que la justicia norteamericana sea para todos, para (el disidente cubano Luis) Posada Carriles, para Sánchez de Lozada", agregó, señalando que este tema está incluido en las conversaciones entre Bolivia y Estados Unidos.

Sin embargo, advirtió que en esas charlas subsistía una "intromisión" de Washington, con cuestionamientos a las nacionalizaciones y a un reciente cambio constitucional.

"(Obama) no puede practicar injerencia como el Gobierno de (George W.) Bush. Queremos presencia importante del estado norteamericano, pero presencia diplomática y no de injerencia (...), de cooperación, no de intromisión política", afirmó Morales.

Reveló que negociadores estadounidenses pretendían actuar como "patrones" y no como socios, en una actitud que, dijo, creía que no era de conocimiento de Obama ni de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, de quienes dijo que recibió mensajes positivos.