Actualizado 05/08/2009 23:23

Morales volverá después de dos años a capital boliviana

Por Diego Oré

SUCRE, Bolivia (Reuters/EP) - El presidente de Bolivia, Evo Morales, encabezará el jueves en la ciudad sureña de Sucre la celebración por la independencia nacional, lo que marcará su retorno a la capital del país tras dos años en los que dejó de visitarla ante el riesgo de manifestaciones en su contra.

En plena campaña electoral para la reelección, la visita del líder indígena socialista ha levantado el repudio de parte de la oposición y de estudiantes que llamaron a protestar en su contra, mientras que sindicatos campesinos anunciaron que garantizarán la seguridad de Morales.

El gobernante pronunciará un mensaje en una sesión del Congreso Nacional, cuya convocatoria en Sucre parecía no ser suficiente para reconciliar al Gobierno con los líderes sucreños alineados con un bloque regional derechista, entre ellos la prefecta y la alcaldesa de Sucre que dijeron que no asistirán a los actos programados.

Morales, quien buscará la reelección en diciembre, ha estado impedido de llegar a Sucre desde agosto del 2007, cuando grupos radicales de la oposición conservadora lanzaron una ola de protestas que convirtió a la ciudad, capital constitucional del país, en un fortín antigubernamental.

"Nuestro mensaje será de homenaje a la Patria, al pueblo y por lo tanto a quienes lucharon por esta querida Patria", dijo Morales el miércoles en La Paz, al confirmar su participación en las celebraciones centrales en la capital.

El mandatario, que impulsa una estatización de la economía y un "empoderamiento" de los pueblos "originarios", está en campaña proselitista desde hace unos dos meses, para el evidente disgusto de una oposición que parece todavía lejos de alcanzar un acuerdo para presentar una candidatura única.

Conciliador y con grandes posibilidades de reelección, según encuestas, Morales visitará Sucre por primera vez desde que una nueva Constitución que entró en vigencia en febrero refundara a Bolivia como Estado plurinacional, dejando atrás el título de República con el que fue fundada hace 184 años.

Uno de los muchos cambios que trajo la nueva denominación es un menor reconocimiento a algunos héroes mestizos y extranjeros que participaron en la independencia del país altiplánico y cuyos recuerdos yacen en la denominada "Casa de la libertad" de Sucre, donde Morales dará su mensaje.

RELIQUIAS HISTORICAS

En la histórica casa -el mayor monumento cívico-religioso de Bolivia- se proclamó la independencia del país andino el 6 de agosto de 1825 y se sancionó la primera Constitución redactada por el libertador Simón Bolívar.

Sin embargo, 73 años después Sucre perdió una guerra civil y, aunque conservó el título de capital, la sede del Gobierno fue trasladada a La Paz.

A partir de allí, la "Casa de la libertad" no fue más la sede del Legislativo y pasó a ser un depositario de reliquias históricas para Bolivia y Latinoamérica.

En la "Sala de la bandera de Belgrano" se exhibe la primera bandera argentina. Algunos dudan de su autenticidad, pero el ex presidente Néstor Kirchner le rindió homenaje el 2004 y ordenó que quedara en Sucre como símbolo de amistad entre los países.

"Muchos argentinos que vienen al museo se sorprenden al ver la primera bandera argentina en Bolivia. Algunos lloran de emoción, unos intentan besarla y otros la reclaman como suya", recordó el historiador boliviano Iván Gutiérrez.

Otra joya exhibida es un gran retrato del libertador Simón Bolívar hecho por el pintor peruano Gil de Castro, en cuyo costado derecho reza un mensaje del propio Bolívar: "Retrato mío hecho en Lima con la más grande exactitud y semejanza".

Pero, en otra sala está -según críticos- el retrato mejor logrado del libertador. Fue pintado por el austríaco Francis Drexel en 1828, dos años antes de la muerte de Bolívar.

Uno de los objetos más apreciados del museo es la última bandera boliviana que flameó en Antofagasta antes de que fuera invadida por los chilenos en la Guerra del Pacífico. Aquél día una niña de apenas 14 años, Genoveva Ríos, tomó la bandera y la escondió bajo sus prendas hasta que, largos años después, ya anciana, la devolvió al Gobierno de Bolivia.

La construcción permanece en buen estado, pero muchos bolivianos desconocen la gran riqueza que encierra. "Tanto así que alguna vez, en una protesta, dinamitaron la entrada sin saber siquiera lo que la casa alberga", se lamentó Gutiérrez.