BUENOS AIRES (Reuters/EP) - Las muertes por la influenza H1N1 crecieron a 70 en Argentina, donde la veloz expansión de la enfermedad cambió los hábitos de la población y afectó el comercio doméstico, dijo el miércoles el ministro de Salud.
La gripe llegó en mayo al país y desde entonces se denunciaron cerca de 100.000 casos -aunque no están confirmados-, lo que llevó a la suspensión de las clases, de la actividad judicial y eventos recreativas como el teatro.
"Hasta el día de ayer a la tarde (martes), los pacientes que han fallecido y que han sido diagnosticados ya con la presencia del virus H1N1 en nuestro país son 70", dijo a periodistas el ministro de Salud, Juan Manzur.
El virus ya cambió varias costumbres de los argentinos, que tras la propagación de la influenza se lanzaron sobre las farmacias en busca de alcohol y barbijos, agotados rápidamente.
El Gobierno decretó un asueto para la administración pública para el próximo viernes, que tras el feriado del jueves permitirá conformar un fin de semana largo para los empleados estatales, con el fin de contener la expansión de la gripe.
Las autoridades invitaron al sector privado a sumarse al asueto del viernes, y algunas empresas ya otorgaron licencia al personal para ausentarse hasta el lunes.
En los últimos días se registró una caída en la asistencia de la población a lugares públicos como cines restaurantes y bares.
La gripe H1N1 provocó la muerte de 437 personas y dejó hasta el momento cerca de 95.500 infectados en todo el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).