Actualizado 11/07/2009 19:26

Muros contra explosiones son derribados en Bagdad

Por Aseel Kami y Khalid al-Ansary

BAGDAD (Reuters/EP) - A medida que mejora la seguridad en Bagdad y que las tropas estadounidenses se retiran, obreros con grúas están levantando gigantes bloques de concreto colocados kilómetro tras kilómetro para evitar la muerte de inocentes y enfrentamientos sectarios.

Para el vendedor de libros de Bagdad Abu Ali, es demasiado pronto. Sentado en un callejón y rodeado de folletos religiosos musulmanes chiítas, recuerda cómo su hijo murió en la explosión de una enorme bomba.

"Nuestras fuerzas no están lo suficientemente capacitadas para mantener la seguridad solas", dijo a Reuters el hombre de 56 años. "Me gustaría que se levantaran estos muros, pero el sufrimiento que atravesamos fue horrible. Nadie quiere pasar por eso de nuevo", agregó.

Los otrora elevadísimos muros de contención ubicados en el centro de la violencia sectaria de Irak están siendo retirados, lo que permite que entre la luz en las polvorientas calles de la ciudad y que barrios divididos se conecten por primera vez en al menos tres años.

La violencia ha disminuido significativamente en Irak los últimos meses y el retiro de los muros está suscitando sueños de auge comercial mientras restaurantes y negocios vuelven a salir a la luz. Pero también hay miedo.

El hijo de 17 años de Abu Ali fue uno de los 140 muertos que dejó el ataque insurgente más devastador en Bagdad desde la invasión de Estados Unidos en 2003: un camión con explosivos colocado por presuntos militantes de Al Qaeda que fue detonado en la zona del mercado Sadriya el 18 de abril del 2007.

Los insurgentes, incluyendo a los sunitas de Al Qaeda, siguen perpetrando ataques que buscan desestabilizar al Gobierno de mayoría chiíta del primer ministro Nuri al-Maliki y hacer que el país vuelva a caer en la guerra sectaria.

Existen temores de que los militantes intenten avivar las tensiones de cara a las elecciones parlamentarias de enero -unos comicios que pondrán a prueba si las facciones rivales de Irak pueden vivir en paz tras años de conflictos- y también con el retiro de las tropas estadounidenses de los centros urbanos.

CALLEJONES DE CONCRETO

Los muros de contención contra explosiones convirtieron Bagdad y otras ciudades en laberintos de callejones de concreto con marcas de quemaduras debido a las explosiones. Algunos se convirtieron en soporte de arte gráfico o carteleras para afiches políticos.

Los bloques de concreto pesan cinco toneladas cada uno y están pensados para absorber lo peor del impacto de cualquier detonación de un explosivo.

Mientras observaba a los trabajadores retirarlos, Abbas Fadhil, de 31 años y propietario de un restaurante junto a los ministerios del Gobierno y las embajadas extranjeras de la fortificada Zona Verde de la capital, dijo sentirse feliz y atemorizado al mismo tiempo.

"Estoy feliz porque esto será positivo para mi negocio. Y estoy atemorizado porque abrir la zona podría alentar a los terroristas a atacarla", dijo el hombre.

En la Zona Verde, a la cual la mayoría de los iraquíes no puede ingresar, muchos de los bloques de cuatro metros que circundan los edificios oficiales permanecerán en su lugar.

Pero está previsto que se abran las calles que pasan a través de ella, aliviando las presiones sobre el tráfico que causan horas de embotellamientos en las calles cercanas.

En Sadriya, en la orilla opuesta del río Tigris, un oficial del ejército iraquí dijo que sabía que los vecinos odiaban los muros.

"Pero fueron levantados por su seguridad. Hay muchas células terroristas inactivas esperando aprovechar cualquier oportunidad para atacar", sostuvo. "Retirarlas no sólo es un error estratégico sino una cuestión de suerte. Es absolutamente arriesgado", agregó.

"DECISION AUDAZ"

El Gobierno dice que abrir las calles cerradas y quitar los muros es un clamor popular. Un sondeo realizado por el Centro Nacional de Medios previamente este año reveló que la medida era respaldada por casi un 90 por ciento de los encuestados.

Además de dificultar el movimiento y causar congestión, los muros restringieron servicios como la recolección de basura y proyectos que incluyen una renovación del sistema de alcantarillado por 100 millones de dólares en Ciudad Sadr, una barriada chiíta donde las autoridades quieren ganar amigos.

"Necesitamos una revolución. Necesitamos tomar la decisión audaz de quitar todos los muros de concreto, especialmente donde aíslan a distritos enteros", dijo a Reuters el alcalde de Bagdad, Saber al-Issawi.

"Hay cientos de miles, tal vez incluso un millón, en Bagdad (...) En un simple cálculo, estamos perdiendo miles de millones de dinares al año por la existencia de los muros", añadió.

Un portavoz del consejo municipal dijo que los muros desfiguraban una de las ciudades más antiguas del mundo y que la apertura de caminos y puentes sobre el Tigris mostraban que la vida estaba volviendo a la normalidad.

"Queremos que Bagdad brille y florezca y que maraville a sus visitantes de un modo tal que se acomode a su historia cultural y a su presente", dijo el portavoz Hakim Abdul Zahra.

El operador de mercado Khalid Obaid, de 42 años, dijo sentir que un enorme peso estaba siendo levantado de su pecho mientras veía trabajar a los equipos.

"Queremos ver gente. No hemos visto mucha gente desde que esta zona fue bloqueada", señaló Obaid. "Mi esposa lloró de la alegría cuando vio a las grúas levantar los muros de las calles", agregó.