Actualizado 30/06/2009 00:07

Naciones izquierda A.Latina retiran embajadores Honduras

Por Iván Castro

MANAGUA (Reuters/EP) - Presidentes de izquierda de Latinoamérica anunciaron el lunes el retiro de sus embajadores en Honduras, en protesta por el derrocamiento del mandatario Manuel Zelaya y como exigencia a su vuelta al poder después de un golpe de Estado que despertó la condena mundial.

Los mandatarios de Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia pidieron en Managua a otros países centroamericanos que tomen la misma medida diplomática.

Poco después, algunos simpatizantes de Zelaya fueron dispersados por fuerzas de seguridad en la capital hondureña con gases lacrimógenos en las inmediaciones del palacio de Gobierno, donde cientos de soldados y policías estaban apostados con armas largas y blindados, según un testigo de Reuters.

"Los países miembros del ALBA hemos decidido retirar a nuestros embajadores y dejar a su mínima expresión nuestra representación diplomática en Tegucigalpa hasta en tanto el Gobierno legítimo del presidente Manuel Zelaya sea restituido", dijo el canciller de Ecuador, Fander Falconi, tras la reunión de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Zelaya fue derrocado el domingo por militares, apoyados por sectores que rechazaban supuestos planes del mandatario de buscar su reelección con una consulta popular.

También tuvieron el respaldo de opositores y hasta miembros del oficialismo enojados por el giro a la izquierda del empresario Zelaya, hoy aliado al venezolano Hugo Chávez.

El mandatario hondureño fue llevado a punta de rifle por militares en un avión a la capital costarricense, desde donde luego voló a Managua para participar de la reunión extraordinaria de los presidentes izquierdistas.

Mientras Zelaya planeaba reunirse con sus aliados, el Congreso unicameral de Honduras nombró el domingo al jefe del parlamento, Roberto Micheletti, para que gobierne interinamente hasta fines de enero, cuando termina el mandato de Zelaya. Y su primera medida fue ordenar un toque de queda de dos días.

Desafiando la orden, cientos de simpatizantes de Zelaya pasaron la noche frente al palacio presidencial y armaron barricadas. Y el lunes unos 1.000 manifestantes se mantenían en el lugar ante cientos de soldados y policías armados con rifles y carros blindados en formación.

Un grupo de 30 manifestantes fue dispersado con gases lacrimógenos por la policía antimotines mientras personas arrojaban piedras a los efectivos en la parte trasera del palacio presidencial.

"Vamos a estar aquí hasta que regrese el presidente Zelaya. Micheletti es el presidente de los ricos y los poderosos que son dueños del país", dijo Kevin, un electricista de 22 años con el rostro cubierto, quien contó que pasó la noche allí.

Aunque muchos hondureños fueron a trabajar el lunes normalmente, las clases en algunas escuelas fueron suspendidas y el sindicato de maestros convocó a un paro nacional.

CERCO INTERNACIONAL

El golpe de Estado desató una fuerte y unánime condena de mandatarios desde Estados Unidos y Latinoamérica hasta Europa.

"Toda la comunidad internacional ha rechazado esta actuación, debemos de perseverar para que se alcance una salida con dos principios: mantenimiento y restitución del principio democrático y de respeto a los poderes instituidos, y dos, diálogo y acuerdo nacional", dijo el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, dijo el lunes que la prioridad inmediata de Washington es restaurar el orden democrático y constitucional en Honduras, después de que su país anunciara que reconoce como único mandatario a Zelaya.

Los mandatarios planeaban mantener el lunes en Managua otra reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) que ya estaba programada antes del golpe, y después una del Grupo de Río liderada por el presidente mexicano, Felipe Calderón.

"La fuerza militar no es una opción", dijo Zelaya el lunes por la madrugada sobre las posibilidades que se barajan para su restitución, después de que el venezolano Chávez dijera que estaba dispuesto hasta intervenir militarmente.

Zelaya acusó a una elite económica de estar detrás del golpe.

"Hemos acordado declararnos en alerta permanente para acompañar al valiente pueblo de Honduras en las acciones de lucha que han convocado", dijo el canciller ecuatoriano Falconi.

Los militares derrocaron a Zelaya luego de que decidiera reemplazar la semana pasada al jefe del Estado Mayor porque no quiso ayudarlo a organizar una consulta popular -declarada ilegal por la Justicia- sobre la posibilidad de reformar la Constitución para extender el mandato presidencial.

Los intentos de hacer la consulta, que según la oposición y sectores oficialistas buscaba realmente permitir una reforma a la carta magna que habilitara la reelección, hicieron pedazos la estabilidad política que el país centroamericano mantenía desde el fin de una dictadura militar a principios de 1980.

"La remoción forzada del presidente Zelaya coloca a los derechos humanos y el imperio de la ley en serio peligro", dijo Kerrie Howard, subdirectora para las Américas de Amnistía Internacional, en un comunicado, exhortando al retorno inmediato de Zelaya al país.

Zelaya fue invitado por el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Miguel D'Escoto, a dirigirse a la asamblea lo más pronto posible para buscar formas de garantizar una restauración de su Gobierno en los próximos días.