Actualizado 24/06/2009 23:05

Naciones pobres piden dinero en cumbre de crisis ONU

Por Louis Charbonneau

NACIONES UNIDAS (Reuters/EP) - Los representantes de los países en desarrollo tuvieron un mensaje claro el miércoles para una reunión de Naciones Unidas sobre la crisis financiera mundial: necesitamos dinero.

La planificación de la conferencia de tres días se ha encontrado con dificultades durante semanas. Estaba programada originalmente para entre el 1 y el 3 de junio, pero el presidente de la Asamblea General de la Naciones Unidas, el nicaragüense Miguel D'Escoto, la postergó para esta semana cuando quedó claro que los negociadores no llegaban a acuerdo en un conjunto de propuestas para la reforma del sistema financiero global.

Aunque la reunión fue anunciada como una cumbre, no se espera que asista ningún presidente de los países desarrollados y sólo 14 presidentes y primeros ministros participarán. Los otros 112 países enviarán delegaciones de rangos inferiores, lo que también harán los jefes del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, dijeron funcionarios de Naciones Unidas.

Durante el primer día del encuentro, los oradores de los países en desarrollo dejaron claro que veían a sus naciones como víctimas de una crisis financiera que ellos no provocaron y suplicaron a las naciones ricas del mundo que los ayudaran.

"No tenemos los superávit y no tenemos reservas de divisas que la expansión fiscal en nuestras economías dependientes de exportaciones requerirían", dijo Dean Barrow, primer ministro y ministro de Finanzas de Belice, a los 126 participantes.

"Si se va a evitar más devastación en nuestros países en desarrollo, arreglos específicos para el flujo de recursos a los Gobiernos (...) deben ser implementados inmediatamente", dijo.

La vicepresidenta de Zimbabue, Joice Mujuru, pidió un "paquete de estímulo financiero" para la devastada economía de su país, diciendo que la falta de apoyo extranjero ponía en riesgo un plan de recuperación diseñado por el Gobierno.

PROMESAS ROTAS.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, respaldó la petición de los países pobres por más ayuda financiera. Dijo que el mundo enfrentaba "la peor crisis global económica y financiera históricamente desde la fundación de Naciones Unidas hace 60 años".

Reprendió también a las naciones ricas del mundo por renegar de sus promesas de impulsar la ayuda a Africa.

"Con seguridad, si el mundo puede movilizar más de 18 billones de dólares para mantener al sector financiero a flote, puede encontrar más de 18.000 millones de dólares para mantener sus compromisos con Africa", dijo Ban.

El director gerente del Banco Mundial, Ngozi Okonjo-Iweala, dijo a la conferencia: "Estamos en medio de una crisis en desarrollo de proporciones inmensas".

Un conjunto de propuestas en borrador, que los delegados planean adoptar para el viernes, pide un incremento en la ayuda y un alivio de deuda para las naciones pobres, impulsando la representación de los estados en desarrollo en el Fondo Monetario Internacional y más supervisión en los fondos de cobertura. Advierte también contra el proteccionismo nacional en comercio.

La embajadora estadounidense en la ONU, Susan Rice, dijo que Washington apoya el incremento en la ayuda de emergencia del FMI a los países más necesitados, además de más ayuda estadounidense. Dijo que Estados Unidos tenía "una parte de responsabilidad por la crisis actual".

Pero ignoró las sugerencias de cambiar las instituciones financieras globales. Instó al encuentro a adoptar un "tono y un enfoque pragmático y práctico" y trabajar para "incrementar el mutuo entendimiento y comunicación".

El ministro británica para Africa, Mark Malloch Brown, respaldó el llamamiento a más ayuda, pero dijo a la prensa que veía poca necesidad de un "mecanismo de seguimiento permanente" en la ONU después de la reunión de esta semana, algo que los países pobres fuera del club del G20 de grandes economías y países en desarrollo han pedido.

Diplomáticos occidentales dijeron que eso refleja insatisfacción con la manera en que el presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D'Escoto, un ex sacerdote izquierdista que fue ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, organizó la reunión.

Los preparativos para la conferencia destacaron las agudas diferencias entre los radicales que quieren darle a la Asamblea General, de 192 miembros, más voz en la lucha contra la crisis financiera, y las grandes potencias que pretenden mantener el control en sus propias manos.

Entre los principales oradores están el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ambos conocidos líderes de izquierda. Se esperaba la presencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, pero probablemente se sume a la larga lista de ausentes, dijeron diplomáticos y funcionarios de Naciones Unidas.