Actualizado 03/02/2007 20:04

Nicaragua.- Ortega manifiesta su rechazo a la destrucción de misiles antiaéreos alegando que son armas defensivas


MANAGUA, 3 Feb. (EP/AP) -

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, manifestó hoy su rechazo a la destrucción de los misiles antiaéreos SAM-7 por considerar que son armas defensivas y alegando que a otros países de la región se les proporciona aviones de combate.

"El Gobierno de Estados Unidos aprobó renovar la flota aérea de guerra a Honduras y, por otro lado, se nos va a pedir a nosotros que se destruyan los cohetes, eso sería absurdo, inadmisible", declaró Ortega a los medios de comunicación tras una visita al cardenal Miguel Obando con motivo de su 81 cumpleaños.

No obstante, el mandatario nicaragüense afirmó que a los centroamericanos no les "conviene ir por una carrera armamentista, sino más bien hay que detenerla y frenar cualquier paso en esa dirección".

Ortega exhortó a los diputados que tomen en cuenta la decisión del Gobierno de George W. Bush a la hora de discutir el tema de la destrucción de unos 1.000 misiles portátiles de fabricación rusa que mantiene el Ejército desde la década de los ochenta.

Una comisión de la Asamblea Nacional citó para el próximo martes, día 6, al jefe del Ejército, general Omar Halleslevens, para que exponga un informe sobre la cantidad de misiles que pueden ser destruidos, como se comprometió en 2003 el Gobierno del entonces presidente Enrique Bolaños.

Ortega explicó que sobre este asunto conversó en la semana con Halleslevens, debido a que Nicaragua es el país que mayor avance ha experimentado en lo que respecta al desarme en el marco del denominado Balance Razonable de Fuerzas en Centroamérica.

"El hecho de que Honduras tiene flota aérea de guerra, El Salvador tiene también aviación, nosotros no tenemos, eso explica por qué Nicaragua tiene los cohetes", indicó el mandatario. Nicaragua tiene una flota aérea compuesta por sólo helicópteros de transporte tipo MI-17.

EL EJÉRCITO TIENE 1.052 MISILES

Bolaños se comprometió en 2003 con Estados Unidos a destruir la mayoría de los más de 2.000 misiles SAM-7, donados en la década de los ochenta por la hoy desaparecida Unión Soviética al primer gobierno sandinista que encabezó Ortega.

En tres operativos desde 2003 se destruyeron más de 1.000 cohetes. El Ejército tiene actualmente en su poder un total de 1.052 misiles, y aunque los jefes castrenses aseguran que acatarán cualquier decisión de las autoridades civiles, éstos prefieren dejar una reserva de al menos 400 para garantizar la defensa antiaérea del país.

Para aprobar la destrucción de estas armas, el Congreso unicameral requiere del voto a favor de al menos 57 de los 92 diputados que lo componen. Los sandinistas cuentan con 38 escaños, mientras que la oposición suma 54 votos.

Estados Unidos ha propuesto la destrucción de los misiles antiaéreos ante la eventualidad de que caigan en manos de terroristas, pero el Ejército nicaragüense garantiza que están bien vigilados.