LAGOS, 11 Oct. (DPA/EP) -
Miles de personas han protestado este sábado por tercer día consecutivo en Nigeria contra la brutalidad policial y, al menos, una persona ha muerto tras los choques entre manifestantes y policía.
Aunque las protestas habían sido convocadas de manera pacífica, los manifestantes han acabado atacando una comisaría de Policía y un miembro de las fuerzas de seguridad nigerianas ha muerto.
La Policía ha respondido lanzando gas lacrimógeno y granadas aturdidos contra los manifestantes, que han acusado a las fuerzas de seguridad de utilizar también munición real contra ellos.
Miles de personas han marchado para pedir el desmantelamiento de la escuadra especial anti robos de la Policía, conocida como SARS por sus siglas en inglés. El hashtag #ENDSARS ha llenado las redes sociales nigerianas al tiempo que las manifestaciones comenzaban en la mayor ciudad del país, Lagos; la capital, Abuja; y otras ciudades más pequeñas.
El video de integrantes de esta unidad golpeando a un hombre en la ciudad de Ughelli, en el estado de Delta, a 600 kilómetros de la capital, fue el detonante de las manifestaciones que comenzaron el jueves. La Policía nigeriana ha negado que el hombre fuera golpeado hasta la muerte.
Este es el último de lo que los grupos de defensa de los Derechos Humanos han identificado como una serie de abusos llevados a cabo por esta unidad creada en 1992 como un intento de combatir el hurto. Desde entonces, sus miembros han sido acusados de presuntamente llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales, torturas y extorsión.
El Centro por el Estado de Derecho y la Rendición de Cuentas ha asegurado en un comunicado que entregó un informe que documentaba abusos por todo el país del SARS, pero que no ha tenido respuesta por parte de la Policía en lo que ha considerado un fallo de Nigeria en su obligación de investigar las quejas de mala conducta policial.
Por su parte, la Policía ha prometido reducir los poderes de la unidad, sin embargo los manifestantes han pedido que se desmantelen, ya que consideran que la conducta de estos oficiales es una extensión de la impunidad de la que disfrutan las fuerzas de seguridad.
El presidente del país, Muhammadu Buharia, aseguró el pasado viernes a los nigerianos que su gobierno haría que la policía rindiera cuentas y que es informado regularmente de los "esfuerzos en marcha para terminar con la brutalidad policial".