Por James Vicini y Jeremy Pelofsky
WASHINGTON (Reuters/EP) - El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, nombró el lunes a la autoridad que investigará los casos de abusos a prisioneros de la CIA, una pesquisa que podría demorar el tratamiento de otras prioridades del presidente Barack Obama como la reforma del sistema de salud.
La decisión se da después de que una oficina ética del Departamento de Justicia de Estados Unidos recomendara considerar el procesamiento de empleados y contratistas de la Agencia Central de Inteligencia que habrían hecho duras interrogaciones en Irak y Afganistán, superando los límites aprobados.
"Me doy cuenta totalmente que mi decisión de comenzar está revisión preliminar será controvertida", dijo Holder en un comunicado.
"En este caso, dada toda la información actualmente disponible, es claro para mí que esta revisión es el único camino de acción que tengo que tomar", apuntó.
Holder eligió al fiscal federal John Durham para coordinar la investigación, sumándose a la pesquisa que desarrolla sobre destrucción de la CIA de videos mostrando duras interrogaciones a sospechosos de terrorismo.
Mientras Holder toma la decisión, nuevos detalles surgieron sobre las técnicas de interrogación empleadas tras los ataques del 11 de septiembre sobre Estados Unidos bajo el mandato del entonces presidente George W. Bush.
Funcionarios del Gobierno de Bush, incluyendo al vicepresidente Dick Cheney, negaron que se haya empleado tortura y defendió sus prácticas de interrogación como legales. Estas incluían privación de alimentos y de sueño, así como las denominadas prácticas de ahogamiento simulado a un puñado de sospechosos.
En una ocasión, quienes realizaban los interrogatorios amenazaron al acusado de ser el cerebro de los ataques del 11 de septiembre, Khalid Sheikh Mohammed, con matar a sus hijos si había nuevos atentados a Estados Unidos, de acuerdo a detalles revelados en un reporte del inspector general de la CIA.
NUEVO GRUPO
El Gobierno confirmó el lunes que estaba creando un nuevo grupo para interrogar a sospechosos de terrorismo de acuerdo a las reglas establecidas.
Estas decisiones podrían presentar problemas políticos en un momento crucial para el Gobierno.
Obama dijo varias veces que quiere seguir adelante y no profundizar las acciones del Gobierno de George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre del 2001. Pero la Casa Blanca señaló que la decisión dependía de Holder.
"El presidente cree que Eric Holder, a quien nombró como un fiscal general muy independiente, debe tomar esas decisiones", dijo el portavoz de la Casa Blanca Bill Burton en Martha's Vineyard, donde Obama se encuentra de vacaciones.
Los republicanos previsiblemente acusarán a Obama de ser demasiado blando en materia de seguridad nacional, mientras que otras figuras liberales quedarán disconformes si la investigación es limitada a aquellos que condujeron interrogatorios y se excluye a los funcionarios que aprobaron las tácticas.
Obama ha intentado focalizarse en su máxima prioridad legislativa, la reforma del sistema de salud. Ahora, los legisladores podrían distraerse con audiencias y debates acerca de los métodos de interrogación usados en el pasado.
Cuando la CIA refirió por primera vez los hallazgos del inspector general al Departamento de Justicia durante el Gobierno de Bush, decidió que ninguno de los casos ameritaba un procesamiento.