Actualizado 19/02/2015 15:44

La otra cara de la reforma migratoria de Obama

OBAMA REFORMA MIGRATORIA
Foto: MONTAJE NOTIMÉRICA
 

NUEVA YORK, 19 Feb. (Notimérica) -

   El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha visto esta semana como una de las grandes fortalezas de su campaña electoral, la reforma migratoria, se convertía en su talón de Aquiles. En primer lugar, un juez federal ha suspendido temporalmente la aplicación de las medidas que entraban en vigor este miércoles y, en segundo lugar, el presidente está viviendo numerosos ataques desde la oposición para que retire la reforma.

   Según estimaciones del Instituto de Políticas de Migración, casi 3,7 millones de inmigrantes podrían haber evitado la deportación, en un país que tiene casi 11,4 millones de inmigrantes indocumentados. Sin embargo, los cientos de miles de indocumentados que iban a iniciar este miércoles su inscripción en la primera acción ejecutiva migratoria de Obama, no han podido por resolución judicial.

   Este martes, el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Jeh Jojson, dijo que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos no aceptaría solicitudes para acogerse al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que suspendía las deportaciones de jóvenes indocumentados que llegaron a Estados Unidos como niños y se aplicaría a partir del miércoles a personas que llegaron antes de 2010. Anteriormente sólo era aplicable a personas que habían llegado antes de 2007.

   Además, Jojson añadió que los preparativos para un segundo programa migratorio, la Acción Diferida para Padres de Ciudadanos Estadounidenses y de Residentes Permanentes Legales (DAPA), que entraría en vigor este mayo, y buscaba proteger a padres de ciudadanos estadounidenses y residentes legales permanentes, ha sido suspendida hasta nuevo aviso.

   El sueño migratorio de muchos se rompió por la decisión del juez de la Corte del distrito federal de Brownsville, en el sudeste de Texas,  Andrew S. Hanen, que aceptó la demanda que 26 estados liderados por Texas presentaron en diciembre alegando que el presidente no tiene autoridad para permitir que grupos de inmigrantes permanezcan legalmente y trabajen en Estados Unidos. Así, este lunes, Hanen les dio la razón y aplazó la entrada en vigor de las medidas.

   El juez federal explicó que los programas migratorios de Obama impondrían mayores cargas a los estados, permitiendo la inmigración ilegal y retando los presupuestos estatales. Además, añadió que el ejecutivo no había seguido los procedimientos adecuados para cambiar las leyes federales, según ha publicado 'The New York Times'.

   Hanen explicó en su fallo que el Gobierno federal violó la ley de Procedimiento Administrativo al no permitir la revisión pública ni aportaciones en nuevas políticas. Por lo tanto, ha suspendido la reforma de Obama hasta que se resuelva la cuestión de fondo presentada por los demandantes: si Obama se extralimitó o no en sus funciones al firmar su acción ejecutiva el 20 de noviembre pasado.

   Sin embargo, la Casa Blanca aseguró este martes que apelaría el veredicto judicial ante la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos en Nueva Orleans. Obama se mostró confiado de que ganarían la batalla legal, asegurando que "la ley está de nuestro lado, la historia está de nuestro lado".

   Por eso, desde el Gobierno estadounidense han asegurado que continuarían preparando las acciones ejecutivas de Obama, aunque no aceptasen aplicaciones de trabajadores indocumentados hasta que el caso legal se resolviese. Algo que podría tardar meses. Mientras tanto, el presidente está tratando de acelerar a los abogados del partido Demócrata para que presenten su recurso a la demanda.

   Obama ha sido muy criticado por imponer su autoridad presidencial al criterio del Congreso, que lleva seis años posponiendo una reforma que el jefe de Estado considera imprescindible y urgente. Obama ya ha dicho que si los legisladores llegan a un acuerdo sobre la materia, lo aceptará.

ATAQUES CONSTANTES DE LOS REPUBLICANOS

REUTERS

   Los republicanos, contrarios a la reforma desde el principio, no han dudado en seguir atacando a Obama. Precisamente, esta semana, el republicano y ex gobernador de Florida Jeb Bush afirmó, tras conocerse la resolución de Hanen, que la decisión unilateral de Obama de ofrecer un alivio migratorio no fue una muestra de "liderazgo" y que el presidente ha enfrentado rechazo desde su anuncio en noviembre pasado, principalmente por parte de los republicanos.

   "El año pasado, el presidente se excedió en su autoridad ejecutiva y a su vez hirió el esfuerzo hacia una solución de inmigración común", aseguró el posible candidato republicano a las primarias de su partido en 2016, a través de su cuenta en Facebook. Bush también añadió que "ahora, más que nunca, necesitamos que el presidente Obama trabaje con el Congreso para asegurar la frontera y arreglar nuestro roto sistema migratorio".

   Unas semanas antes, a principios de febrero, el senador republicano por el estado de Kentucky, Mitch McConnell, se dirigió al presidente con estas palabras: "Si quieres debatir sobre inmigración, adelante, hablemos de inmigración. Pero no por encima de la seguridad nacional, dejándonos totalmente desnudos y sin posibilidad de hacer lo que tiene que ser hecho para proteger nuestro país", según ha publicado 'The Fiscal Times'.

   Sus palabras recibieron el apoyo del también republicano y presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, John Boehner, que aseguró: "La Casa Blanca pelea su batalla", añadiendo que "es el momento para que los senadores demócratas trabajen con los senadores republicanos para parar al presidente".

   Boehner también advirtió a Obama de que no tomase una acción unilateral en inmigración, lo que se conoce como acción ejecutiva, señalando que estaba "intoxicando" la vía para una reforma migratoria en los próximos dos años.